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Invitado
Buenos días a todos los foreros. Llevo un tiempo leyendo los diferentes artículos que publicáis y desde el momento de leer lo publicado sobre el maltrato de animales, no he podido dejar de pensar en un picadero en el que estuve. Se trata del Club Hípico Leganés en Madrid, si váis a ver a los caballos veréis como se parecen desgraciadamente a las fotos aparecidas en esta web sobre los caballos desnutridos. Allí los caballos llevan una alimentación mínima (3 kilos de pienso repartidos en dos comidas y un libro de paja) para caballos que trabajan hasta no poder más. Tanto es así que los caballos no dejan de tropezarse por la falta de energía que tienen, se le marcan todos los huesos, no tienen músculo y sus ojos están con una mirada de tristeza tremenda.
Este hecho lo sufrí en mi caballo durante unos meses que estuve en pupilaje. Mi caballo venía relleno, con una energía y fuerza maravillosos y con un brillo en los ojos y en el pelo preciosos. Bastaron tres meses en estas condiciones para que a mi caballo se le marcaran las costillas y empezara a quedarse seco por las caderas, perdiendo masa en la grupa. Lo peor de todo es que según el responsable del picadero, mi caballo y el resto de los caballos que están en iguales o peores condiciones, están en sus carnes. Me permito decir que más bien en sus huesos.
Viendo la situación y por tratar de llevar a buen puerto este hecho, le comenté al dueño la posibilidad de incrementarle la comida a cambio de un incremento del pupilaje, que ascendía a 170 € y que incluía 3 kilos de pienso diarios repartidos en dos comidas, un libro de paja en cada comida, hacer las camas dos veces a la semana y rellenar el cubo de agua cuando estaba vacío, me comentó que no se podía porque sino al caballo le iban a dar cólicos por comer mucho... Tampoco le hacían gracia las piedras de sal porque el caballo bebe más y por lo tanto ensucia más la cuadra... Al final en vez de ir a disfrutar del caballo y dar un paseo, tenía que ir a controlar al caballo para ver qué tal estaba, a limpiar el cubo del agua, llenarlo de agua limpia y fresca y echarle de comer cuando no me veían.
Además el caballo cambió de caracter, antes entrabas a la cuadra y el caballo esperaba tranquilo su ración de mimos
, al cabo de unas semanas el caballo trataba de morderte al entrar y se colocaba de forma que no podías entrar a la cuadra. Estaba muy nervioso y sólo cuando salíamos de ruta fuera del picadero se tranquilizaba.
Pasado un tiempo logré encontrar un picadero que puedo decir que se ha convertido en un oasis para mi caballo y para mi, en un remanso de tranquilidad y felicidad para disfrutar del caballo. No sólo mi caballo se ha cambiado sino que otros más se vinieron, por lo que podemos seguir disfrutando del caballo sin temor a dejarle solo en la cuadra.
Espero que este tipo de picaderos sean cada vez menos, por el bien de nuestros queridos caballos. Espero haber ayudado en lo posible a aquellas personas que estén pensando cambiar de hogar a su animal más querido y no saben muy bien a cuál.
En cuanto a los caballos del picadero espero que cambie su suerte -cambiando de picadero- y en vez de hueso tengan músculo y en vez de un prado seco tengan comida.
Muchas gracias a tod@s.
Este hecho lo sufrí en mi caballo durante unos meses que estuve en pupilaje. Mi caballo venía relleno, con una energía y fuerza maravillosos y con un brillo en los ojos y en el pelo preciosos. Bastaron tres meses en estas condiciones para que a mi caballo se le marcaran las costillas y empezara a quedarse seco por las caderas, perdiendo masa en la grupa. Lo peor de todo es que según el responsable del picadero, mi caballo y el resto de los caballos que están en iguales o peores condiciones, están en sus carnes. Me permito decir que más bien en sus huesos.
Viendo la situación y por tratar de llevar a buen puerto este hecho, le comenté al dueño la posibilidad de incrementarle la comida a cambio de un incremento del pupilaje, que ascendía a 170 € y que incluía 3 kilos de pienso diarios repartidos en dos comidas, un libro de paja en cada comida, hacer las camas dos veces a la semana y rellenar el cubo de agua cuando estaba vacío, me comentó que no se podía porque sino al caballo le iban a dar cólicos por comer mucho... Tampoco le hacían gracia las piedras de sal porque el caballo bebe más y por lo tanto ensucia más la cuadra... Al final en vez de ir a disfrutar del caballo y dar un paseo, tenía que ir a controlar al caballo para ver qué tal estaba, a limpiar el cubo del agua, llenarlo de agua limpia y fresca y echarle de comer cuando no me veían.
Además el caballo cambió de caracter, antes entrabas a la cuadra y el caballo esperaba tranquilo su ración de mimos
Pasado un tiempo logré encontrar un picadero que puedo decir que se ha convertido en un oasis para mi caballo y para mi, en un remanso de tranquilidad y felicidad para disfrutar del caballo. No sólo mi caballo se ha cambiado sino que otros más se vinieron, por lo que podemos seguir disfrutando del caballo sin temor a dejarle solo en la cuadra.
Espero que este tipo de picaderos sean cada vez menos, por el bien de nuestros queridos caballos. Espero haber ayudado en lo posible a aquellas personas que estén pensando cambiar de hogar a su animal más querido y no saben muy bien a cuál.
En cuanto a los caballos del picadero espero que cambie su suerte -cambiando de picadero- y en vez de hueso tengan músculo y en vez de un prado seco tengan comida.
Muchas gracias a tod@s.