Yo empecé a practicar equitación hace cuatro años . Tenía curiosidad por aprender a montar bien , o de forma adecuada , favoreciendo el trámite al caballo , pues como cualquier actividad , hay una técnica para hacerlo mejor . No sabía ni se ahora mismo cuánto tiempo estaría ligado al mundo ecuestre . De momento , mientras pueda hacerlo , parece que seguiré , pero nada es inamovible .
Después de conocer diferentes centros hípicos de mi entorno , concluyo que , al menos por la zona dónde resido , la afición es escasa y esto conlleva sus consecuencias . Hay pocas hípicas en funcionamiento , consecuencia del limitado interés , y hay que adaptarse a lo que uno encuentra sin mayores pretensiones . Si no hay suficiente demanda , no es posible ni se debe mantener centros abiertos con falta de recursos .
La mayoría de jinetes son muy jóvenes . Niños y adolescentes , con mayor participación femenina en el rango adolescente juvenil , y en edades maduras , parece que hay más varones , o al menos la proporción se iguala . Supongo que en la juventud llega un momento que aparecen otras inquietudes y responsabilidades , y la equitación ocupa mucho tiempo a invertir , entre traslados , preparación del caballo y diferentes tareas .
Con todo esto descrito , partimos de un sector donde vamos a encontrar limitaciones , y donde los responsables de un centro ecuestre se dedican a esto por mantener una forma de vida que de algún modo les complace , pero donde se puede observar que , por ejemplo , muchos profesores se sustentan de un empleo fuera del sector . Tienen un trabajo fuera de la hípica y a veces acuden a dar clases los días que les quedan libres .
La relación del profesor y alumno suele empezar con una mezcla de amor y odio que se mantiene en el tiempo con diferente intensidad . Hay profesores con décadas de experiencia acumulada que siguen tomando clases y se les corrige . He contemplado profesores enseñando a otros profesores mostrando gran histrionismo , lanzando gritos y comentarios humillantes provocando estallidos entre ellos que sacan a relucir rencores acumulados .
Pero la equitación es así , y muestra que se toma muy en serio . Los profesores te dicen que les sería más fácil relajarse y dejarte hacer lo que quieras y que la disciplina que inculcan a gritos es para tu beneficio . Después , entre todos los miembros hay una relación muy fraternal .
El ambiente en las hípicas es muy familiar .
Acuden muchos niños y vienen sus padres . La pista se ocupa por jinetes de distintas edades , pues la clasificación entre ellos lo determina su nivel de equitación . Suele haber entre todos los jinetes personas bastante educadas . Las excepciones solo confirman la regla . Realmente , percibo una mentalidad bastante sana en esos jóvenes .
Hay una faceta social en la equitación , tal vez producto de la escasa afición , se desarrolla cierta camaradería . En diferentes partes del mundo se organiza alguna actividad que agrupa a varios jinetes , en cabalgadas , romerías y eventos similares .
En el cuidado a los caballos , partimos de una rutina que se lleva a cabo muy bien , en lo que tiene que ver con limpieza de cuadras , alimentación , vacunas ... pero en las hípicas pueden pasar cosas . Bebedores automáticos que dejan de funcionar y el caballo no bebe . Incluso , el animal puede haber estercolado en el bebedero y con eso tampoco bebe , hasta que se dan cuenta . Siempre encuentras a alguien que ha tenido un disgusto de este tipo , de lo cual deduzco que puede pasar en cualquier sitio , sin pretender dejar una idea de conformismo en lo que escribo , nada es perfecto .