Muchas personas que empiezan en esta afición y quieren adquirir un caballo, se preguntan qué presupuesto han de barajar para adquirirlo. Existen caballos desde 200 € (los que van a matadero) hasta cifras de 7 dígitos, caballos de alta competición con un palmarés acreditado. Pero si se quiere comprar un caballo con garantía y de unas características concretas, ¿de qué dinero se ha de disponer? .
Pongamos por ejemplo que se busca un caballo joven (5 o 6 años), domado, sano, de buen carácter, de buena morfología y con garantía. Al día de hoy este caballo ha costado criarlo un mínimo de 7 a 8 mil euros.
Sin embargo se consiguen caballos mucho más baratos. En internet , en milanuncios por ejemplo, la mayoría de los caballos van de 1.000 € hasta 3.000€
¿Cómo es esto? Pues igual que se puede comprar un coche de segunda mano desde 5.000€ a 7.000€ cuando nuevo puede costar más de 18.000€.
El caballo de 6 años, domado, sano, de buen carácter, de buena morfología, con aptitudes y bien criado, se asemeja al automóvil nuevo de fábrica y nadie se extraña que este cueste mucho más que uno de segunda mano. Así se espera que un automóvil nuevo no presente ningún problema y uno de segunda mano a nadie le extraña que a partir de unos determinados km empiece a fallar.
Pero entonces, ¿por qué hay caballos de 1.000 a 3.000 €?
Pues porque responde a alguna o varias de las siguientes razones:
1º.- Alguien le está perdiendo dinero. Esto es un argumento ampliamente usado por el vendedor y que al comprador predispuesto le encanta oír. En cambio en la inmensa mayoría de las veces es falso. Seguramente el caballo no es de las características anteriormente señaladas. Si realmente se le está perdiendo dinero es porque se quiere desprender de él por presentar algún problema oculto. Este es el principal motivo por lo que este sector está tan desacreditado. Pero generalmente al comprador le encanta pensar que está consiguiendo una ganga y lo adquiere. Si luego no satisface sus expectativas, lo intentará vender nuevamente continuando con la desacreditación del sector.
2º.- No es un caballo joven. Existen caballos de cierta edad ya, que estando en buenas condiciones físicas salen del circuito de competición, en el caso que hayan estado en él, o que su propietario se quiera desprender de él para adquirir otro. Esto es raro, si su propietario está satisfecho con él. (Sin entrar en el afecto que le habrá cogido en el tiempo que lo ha disfrutado). En todo caso son caballos que ya están amortizados, porque ya le ha dado todo lo que podía esperar de él y habría que tener mucho cuidado con las lesiones ocultas que podrían traer. De cualquier forma son caballos con unas expectativas de vida limitadas. Así y todo si pasan una revisión veterinaria en profundidad y no ha pasado por varias manos (cuidado con esto), son caballos que en los pocos años de vida que le queden pueden satisfacer las necesidades de un aficionado poco exigente.
3º.- No está domado. Un caballo que se deje montar no significa que esté domado. Así están hoy en día la mayoría de los caballos, se dejan montar y van hacia delante. Una doma seria y profesional cuesta un mínimo de 3.000 € al año. Con un par de años de doma se pone en 6.000€. El caballo con esa edad ha de tener equilibrio, contacto, conocer las ayudas, realizar trabajos laterales, comenzar cambios de pié… ¿Cuántos caballos hay así hoy en día con esa edad?.
4º.- No está sano, tiene algún problema declarado u oculto. Principal motivo de desacreditación del sector. Se intenta vender el caballo para que otro cargue con el problema. Un caballo ha de valer para cumplir unas expectativas de ocio, deporte o trabajo. Si no vale para nada de eso, es un animal muy caro de mantener.
5º.- No tiene buen carácter. Presenta serios problemas de conducta. En foros de internet se pueden ver multitud de casos de caballos que cocean, que muerden, que no dejan montar a su jinete, que se botan, que se van de caña, que son muy asustadizos… Todo lo que se os pueda ocurrir, muchas veces consecuencia de un manejo inadecuado, pero que son resabios difíciles de erradicar totalmente y para lo cual hay que acudir a un profesional con el inevitable aumento de coste y lo que es peor, con la decepción de su nuevo propietario.
6º.- No es morfológicamente correcto. Es fácil de detectar pues no suelen ser caballos “bonitos”. Cuello invertido o de gato, fuera de masa, dorso hundido, mal aplomado, etc. Estas características suelen ser limitativas también para la funcionalidad adecuada del caballo.
7º.- No ofrecen garantía, en el sentido de que ese caballo no ha sido producto de un cruce adecuado entre una yegua y un semental libre de taras genéticas. No ha sido correctamente criado con atenciones veterinarias, correctores alimenticios y debidamente ejercitado durante su crecimiento. Todo esto es importantísimo para un futuro desarrollo del caballo, posibilitando en gran medida una vida y salud longeva. ¿Cuántos caballos se crían en un corral a base de paja y algo de pienso, sin moverse, muscularse y habiendo cruzado a la yegua con el primer caballo entero que ha pasado por allí sin hacer un estudio genético de ninguno de los progenitores?.
Pues hagan números y comprobaran que un caballo joven, procedente de una yegua reproductora seleccionada, un padre contrastado y adecuado para esa monta, un año de gestación, tres años de crianza correcta y dos años de doma se pone como mínimo en el importe antes señalado y así y todo no garantiza que cumpla las expectativas depositadas en él.
Pongamos por ejemplo que se busca un caballo joven (5 o 6 años), domado, sano, de buen carácter, de buena morfología y con garantía. Al día de hoy este caballo ha costado criarlo un mínimo de 7 a 8 mil euros.
Sin embargo se consiguen caballos mucho más baratos. En internet , en milanuncios por ejemplo, la mayoría de los caballos van de 1.000 € hasta 3.000€
¿Cómo es esto? Pues igual que se puede comprar un coche de segunda mano desde 5.000€ a 7.000€ cuando nuevo puede costar más de 18.000€.
El caballo de 6 años, domado, sano, de buen carácter, de buena morfología, con aptitudes y bien criado, se asemeja al automóvil nuevo de fábrica y nadie se extraña que este cueste mucho más que uno de segunda mano. Así se espera que un automóvil nuevo no presente ningún problema y uno de segunda mano a nadie le extraña que a partir de unos determinados km empiece a fallar.
Pero entonces, ¿por qué hay caballos de 1.000 a 3.000 €?
Pues porque responde a alguna o varias de las siguientes razones:
1º.- Alguien le está perdiendo dinero. Esto es un argumento ampliamente usado por el vendedor y que al comprador predispuesto le encanta oír. En cambio en la inmensa mayoría de las veces es falso. Seguramente el caballo no es de las características anteriormente señaladas. Si realmente se le está perdiendo dinero es porque se quiere desprender de él por presentar algún problema oculto. Este es el principal motivo por lo que este sector está tan desacreditado. Pero generalmente al comprador le encanta pensar que está consiguiendo una ganga y lo adquiere. Si luego no satisface sus expectativas, lo intentará vender nuevamente continuando con la desacreditación del sector.
2º.- No es un caballo joven. Existen caballos de cierta edad ya, que estando en buenas condiciones físicas salen del circuito de competición, en el caso que hayan estado en él, o que su propietario se quiera desprender de él para adquirir otro. Esto es raro, si su propietario está satisfecho con él. (Sin entrar en el afecto que le habrá cogido en el tiempo que lo ha disfrutado). En todo caso son caballos que ya están amortizados, porque ya le ha dado todo lo que podía esperar de él y habría que tener mucho cuidado con las lesiones ocultas que podrían traer. De cualquier forma son caballos con unas expectativas de vida limitadas. Así y todo si pasan una revisión veterinaria en profundidad y no ha pasado por varias manos (cuidado con esto), son caballos que en los pocos años de vida que le queden pueden satisfacer las necesidades de un aficionado poco exigente.
3º.- No está domado. Un caballo que se deje montar no significa que esté domado. Así están hoy en día la mayoría de los caballos, se dejan montar y van hacia delante. Una doma seria y profesional cuesta un mínimo de 3.000 € al año. Con un par de años de doma se pone en 6.000€. El caballo con esa edad ha de tener equilibrio, contacto, conocer las ayudas, realizar trabajos laterales, comenzar cambios de pié… ¿Cuántos caballos hay así hoy en día con esa edad?.
4º.- No está sano, tiene algún problema declarado u oculto. Principal motivo de desacreditación del sector. Se intenta vender el caballo para que otro cargue con el problema. Un caballo ha de valer para cumplir unas expectativas de ocio, deporte o trabajo. Si no vale para nada de eso, es un animal muy caro de mantener.
5º.- No tiene buen carácter. Presenta serios problemas de conducta. En foros de internet se pueden ver multitud de casos de caballos que cocean, que muerden, que no dejan montar a su jinete, que se botan, que se van de caña, que son muy asustadizos… Todo lo que se os pueda ocurrir, muchas veces consecuencia de un manejo inadecuado, pero que son resabios difíciles de erradicar totalmente y para lo cual hay que acudir a un profesional con el inevitable aumento de coste y lo que es peor, con la decepción de su nuevo propietario.
6º.- No es morfológicamente correcto. Es fácil de detectar pues no suelen ser caballos “bonitos”. Cuello invertido o de gato, fuera de masa, dorso hundido, mal aplomado, etc. Estas características suelen ser limitativas también para la funcionalidad adecuada del caballo.
7º.- No ofrecen garantía, en el sentido de que ese caballo no ha sido producto de un cruce adecuado entre una yegua y un semental libre de taras genéticas. No ha sido correctamente criado con atenciones veterinarias, correctores alimenticios y debidamente ejercitado durante su crecimiento. Todo esto es importantísimo para un futuro desarrollo del caballo, posibilitando en gran medida una vida y salud longeva. ¿Cuántos caballos se crían en un corral a base de paja y algo de pienso, sin moverse, muscularse y habiendo cruzado a la yegua con el primer caballo entero que ha pasado por allí sin hacer un estudio genético de ninguno de los progenitores?.
Pues hagan números y comprobaran que un caballo joven, procedente de una yegua reproductora seleccionada, un padre contrastado y adecuado para esa monta, un año de gestación, tres años de crianza correcta y dos años de doma se pone como mínimo en el importe antes señalado y así y todo no garantiza que cumpla las expectativas depositadas en él.