s verle la boca. Casi nadie lo hace, pero tenemos que ver cómo tiene los asientos, el tamaño de su lengua, el hueco que existe hasta el cielo de la boca, los dientes y su forma, y después de saber dónde tenemos que meter el hierro observamos si su tendencia es a tensar la nuca, a quedarse detrás de la mano o cualquier otra "defensa" ante la embocadura antes de estar en la mano. Una vez hecho esto, debemos encontrar un hierro que nos permita comunicarnos con el caballo según nuestra mano.
A modo de ejemplo:
Caballo con hocico grande, tipo portugués, gran lengua y asientos gruesos. Su tendencia es a ponerse delante de la mano (esto es antes de estar domado, pues domado debería estar en la mano).
Este caballo necesita un hierro con pasalenguas grande y alto, por la sencilla razón de que si es pequeño le incomodará porque su lengua se verá aprisionada debajo de la embocadura. La altura es porque, en caso contrario, el hierro le bailará dentro de la boca y no hará efecto ninguno al estar "pasado". Esa embocadura puede ser más baja si el portamozos es alto. En cuanto a la relación de palanca, lo más seguro es que necesite una relación media-alta, pero si nuestra mano no es sensible o es inexperta, mejor que la dejemos en una relación media-baja, para preservar su boca, aunque el caballo vaya mejor con un hierro más grande en ese sentido. Nuestra mano es la que debe adaptarse a él y si no somos capaces, es mejor usar el hierro más pequeño. Deberíamos también considerar la posibilidad de usar un hierro articulado, el cual nos permite descontraer con mayor facilidad al animal pero cuidado con llevárnoslo detrás de la mano al abusar de esa descontracción sin darle un punto fijo de contacto.
Caballo con hocico más estrecho pero con lengua tambien ancha, ocn tendencia a encapotarse. Yo seguiría usando un hierro con embocadura ancha, aunque aquí no haría falta que fuese tan alta. El portamozos relativamente grande con respecto a la pata nos ayudará a que no se encapote tanto, por lo que la relación entre ambos será baja. Y nunca usaría un hierro articulado o movible en este animal: necesita un hierro fijo que le de un punto de contacto estable. Incluso en determinadas ocasiones podemos permitir que se agarre.
Esto es a grandes rasgos un par de casos que se me han dado, aunque las posibilidades son inmensas como inmensas son las bocas. Importantísimo verlas por dentro y observar su constitución antes de decidir.