Me pregunto yo...¿y cual es el entorno más natural para el ser humano? ¿el que hemos fabricado nos hace felices? ¿Y si no es así, cómo es que seguimos en busca de esa bienamada felicidad, aún a sabiendas que somos víctimas de nuestra propia peste?
Si el humano es incapaz de adaptarse a su propio medio, padeciendo las plagas que su propia condición propicia, aplastado bajo el peso del stress, de la angustía, de la toma de conciencia de sus límites y su final, preguntándose una y otra vez cual es el sentido de su existencia, o buscando respuestas que, en el fondo, nunca llegan a satisfacerle...
Tras esta reflexión,... ¿cómo podemos podemos creernos capaces de hacer felices a otros, aunque se trate sólo de nuestros queridos compañeros equinos o caninos?
Simplemente me sugiero intentar ser auténtica y capaz de aguantarme firmemente la mirada al espejo (una lección de alguien a quien respeto mucho, y que no está con nosotros más). Sólo procurando ser puros de acción y de sentimiento, podremos redimir nuestros errores.
Cuidar y procurar lo mejor a quienes nos acompañan en el camino, es, por sí mismo, lo más "humanamente" digno que podemos esperar.
Mi reflexión.
Un saludo.