Hola Luisa.
A ver, no te martirices. Pídele a la gente que huela al caballo y te den su opinión.
Intenta describir el olor, ya que puede ser algo muy importante.
Por ejemplo, cuando la gente desarrolla diabetes y no lo sabe, cuando su organismo está llegando al límite empieza a olerles el aliento y el sudor a algo parecido a fruta.
Algunas infecciones por hongos huelen a queso.
Las infecciones bacterianas en heridas huelen a pútrido.
Algunas infecciones internas por bacterias también huelen raro en la piel, como a fruta, y otras a pútrido.
Hay trastornos metabólicos que producen olor a pescado (y ser un guarro también).
Entonces... Piensa a qué huele. ¿A sobaco mañanero en el metro? ¿A moho/humedad? ¿A queso? ¿A perro? ¿A pescado? ¿A basura? ¿A casa vieja?
De todas maneras, lava las mantas que tengas y que sequen rápido. Al secar tienen que oler a detergente, no a humedad o rancio. Lava la silla, sobre todo en zona de bastes y faldones, y engrásala de nuevo. Lava al caballo con agua y jabón y acláralo bien, todo por aquello de descartar que tu percepción venga de un equipo sucio que le pega el olor al caballo al sudar.
Pero primero pide a varias personas que te huelan al colega y te digan si huele mal o incluso A QUÉ LES HUELE.