No es nada fácil encontrar libros sobre etología pero supongo que todo es ponerse. Si en vuestra ciudad hay facultad de veterinaria podéis ir a la biblioteca y seguro que algo encontráis.
Yo ahora estoy leyendo uno que se titula "Horse Behaviour Explained: origins, treatment and prevention of problems" de una tal Margit H. Zeitler-Feicht y trata el caballo de principio a fin. Desde la evolución hasta los vicios, como pasar la lengua o tragar aire, pasando por la descripción de un manejo y una alimentación adecuados. Lo malo es que está en inglés y además es más bien duro de leer, no me gusta mucho cómo está redactado. Pero voy a intentar traducirte (traducción libre

) la parte dedicada a los caballos hermanados. En cualquier caso dado que ese tipo de problemas suelen ser multifactoriales estaría bien que miraseis el libro entero (o cualquier otro de etología) para dar una solución más global al asunto.
Allá va:
La necesidad de estar con compañeros de su misma especie es parte del comportamiento especie-específico de los caballos. Se desarrolló durante millones de años porque en el curso de la evolución la posibilidad de sobrevivir de un individuo dependía de la compañía de los otros caballos. Esta necesidad, generalmente denominada "instinto de manada", permanece inalterada hoy en día. Por lo tanto es una gran prueba de confianza que el caballo siga las peticiones del jinete y se separe de sus compañeros.
Debido a la querencia el caballo intenta permanecer con sus compañeros y se niega a separarse de ellos. No querer seguir al jinete cuando se le saca del cercado o no querer entrar en la pista también entran en esta categoría.
Predisposición: existe una cierta predisposición racial a hermanarse con otros caballos. Los ponies y los caballos de tiro presentan este comportamiento con más frecuencia. Las situaciones estresantes durante la juventud del caballo también tienen un efecto predisponente, generalmente están asociados con errores durante el destete o la separación de otros caballos con los que tenía un fuerte lazo. Los caballos que han sufrido una doma relativamente corta, un cambio brusco de alojamiento y un comienzo abrupto del entrenamiento son más propensos a tener fuerte hermanamiento con otros individuos. Es, por tanto, especialmente frecuente entre los caballos de carreras así como entre los animales que se mantienen en cuadras individuales y no se han criado en una manada.
Causas: en general, el hermanamiento es considerado un comportamiento indeseado. Su causa principal es el miedo. Sin embargo, si diverge considerablemente de lo normal se puede decir que existe una fobia y se debe considerar un
comportamiento aberrante. Las fobias suelen surgir como consecuencia de experiencias muy traumáticas. Por ejemplo, el destete a los 3 o 4 meses de edad puede evocar fobias de separación en los potros. Sin embargo, la mayor parte de las veces el hermanamiento no representa una fobia sino un simple miedo a quedarse solo porque no se ha practicado la separación de la madre y de otros caballos. El miedo a que ocurran eventos desagradables también puede ser la causa. Por ejemplo, negarse a entrar en la pista es atribuible a este miedo porque el caballo asocia ese proceso con una experiencia negativa.
No es raro que el hermanamiento represente un problema de jerarquía. Y es que, en estos casos, el caballo confía en sus compañeros equinos más que en el humano. El rango del jinete no es suficiente para proporcionar al caballo la sensación de seguridad necesaria para poder separarlo de la protección de sus compañeros. En ocasiones el jinete puede que tenga miedo y se lo transmita al caballo, que lo fuerce más de lo debido o que le de ayudas incosistentes. Todo esto puede desencadenar la querencia y el hermanamiento. Por último, pero no menos importante, el comportamiento puede ser aprendido. Esto ocurre cuando el jinete desiste en su intento de separar al caballo del grupo, así este consigue su recompensa e intenta lo mismo la siguiente vez.
Hay que mencionar también que esto puede darse también como un comportamiento normal causado por el instinto de protección. Se da particularmente en sementales que estén con sus yeguas y castrados que tienen un comportamiento de enteros muy acusado. La querencia asociada a un fuerte instinto de protección es virtualmente imposible de corregir aunque puede paliarse utilizando medidas profilácticas como se describe más adelante.
Terapia: la terapia es similar tanto si es una fobia como si no. Sólo que si se trata de una fobia el tratamiento es mucho más largo y no siempre se acaba con el problema. Estos animales fóbicos pueden llegar a montarse sin compañía en ambientes familiares y pueden llegar a permanecer en su corral sin compañía pero tienen un gran riesgo de recaer cuando son sometidos a situaciones desconocidas o estresantes.
La terapia debe incluir desensibilización sistemática en combinación con contracondicionamiento (p.128

). Para que la reeducación tenga éxito es necesario que exista una gran confianza entre el caballo y el jinete. Por tanto es posible que sea necesario que el jinete realice ejercicios de jerarquía y de "construcción de confianza" antes de empezar con el programa de condicionamiento en sí. Una vez que el jinete ha ganado dominancia sobre el caballo y es capaz de proporcionar al caballo un sentimiento de seguridad suficiente puede empezar los ejercicios de "anti-hermanamiento".
La desensibilización requiere que las demandas sean pequeñas y que la separación se practique en pequeños pasos. En cada secuencia se debe pedir lo justo para que no evoque en el caballo ningún miedo o sólo uno muy ligero. Adicionalmente se utilizará el contracondicionamiento para reforzar el comportamiento deseado, en este caso la separación o el estar solo, y ha de hacerse cada vez. Esta recompensa refuerza el comportamiento deseado a la vez que ayuda a disminuir el miedo.
Un ejemplo práctico sería el siguiente:
- Durante un paseo en grupo se practica a ir al final del grupo, en el medio y en cabeza. El siguiente paso es ponerse en cabeza y aumentar la distancia unos pocos metros (mejor al trote y reunido). Con el progreso del entrenamiento se va aumentando la distancia más y más. Finalmente se puede separar del grupo por un periodo corto de tiempo y unirse de nuevo en un punto de encuentro predeterminado. Se debe repetir este ejercicio en diferentes sitios. Así el caballo aprende en pequeños pasos a aceptar que la separación no es un problema y que siempre vuelve a estar con sus compañeros. Además asocia la separación con una experiencia positiva porque es recompensado cuando se separa del grupo.
- Otra variación de este ejercicio es empezar el paseo con un grupo grande e ir haciendo secuencias de ejercicios en las cuales el grupo se va dividiendo en grupos menores de dos o tres caballos hasta que finalmente cada jinete trabaja solo con su caballo. Al principio se mantiene contacto visual. Una vez que se acostumbra a la distancia se conduce por zonas por las que no pueda ver a los otros durante cortos periodos de tiempo. Este ejercicio también se debe repetir en diferentes localizaciones.
Cómo no se debe corregir a un caballo hermanado: con frecuencia se pega a los caballos hermanados cuando están lejos del grupo. Con este cuestionable método se pone al caballo en una situación de conflicto. Por una parte es castigado por hacer lo correcto, separarse del grupo. Pero por otra también se le castiga si intenta volver al grupo. Haga lo que haga es golpeado. Para algunos jinetes es un método perfectamente lógico, sin embargo los caballos no tienen ese poder de deducción. Ellos sólo pueden asociar sus acciones "separarse del grupo" o "quedarse con el grupo" con la respectiva recompensa o castigo. Frases como: "él sabe lo que está haciendo mal" sólo indican que el jinete sabe bien poco acerca de las habilidades de aprendizaje de los caballos.
Prevención: los potros criados utilizando técnicas naturales de manejo son mucho menos propensos a desarrollar este tipo de querencias en el futuro. Con el tiempo ellos se separan de su madre y establecen vínculos con otros caballos. Esto también prueba la importancia del destete libre de estrés. La mejor medida preventiva contra el hermanamiento excesivo en la madurez es criar los potros en un grupo, idealmente compuesto por caballos de diferentes edades. La primera separación puede realizarse a los 2 meses, cuando el potro ya se ha familiarizado lo suficiente con el resto del grupo. Es mejor dejar al potro con el grupo y llevarse a la madre incrementando progresivamente el tiempo de separación (ver más sobre el destete en p.63).
Más adelante, cuando el potro ya sabe ramalear, se le aleja momentáneamente de los otros caballos, con cuidado y sin hacer fuerza. Al principio unos pocos metros son suficientes, se debe recompensar todo avance para así reforzar la asociación positiva con la separación. Estos ejercicios de separación no solamente incrementarán la autoconfianza del potro sino que también fortalecerán el rango de la persona que lo guía y la confianza del potro en la gente. Deben repetirse con frecuencia estos ejercicios durante toda la juventud del caballo. Se les puede llevar a dar paseos de la mano o enseñar a dar pequeños saltos en una pista. Para un caballo preparado de esta manera, aprender a estar solo en un entorno familiar sin gente ni otros caballos es sólo un pequeño paso.