“Uno de los primeros fundamentos del arte de montar y en el que todo jinete debe hacer su principal estudio, es el conocer la naturaleza, el genio e inclinación del caballo”
Hay dos causas principales de la indocilidad y de los vicios que de esto resultan: defectos exteriores o interiores.
Los exteriores son las limitaciones de conformación física, ya sea natural o por accidente.
Las interiores son las que forman el mal carácter del caballo y son 6: timidez, cobardía, pereza, impaciencia, cólera y malicia …
Los tímidos: son los que están siempre miedosos a toda ayuda y castigo, los que se asombran al menor movimiento que hace el jinete para gobernarlos; los defectos que produce es obediencia incierta, interrumpida, débil y tarda; y si se les castiga mucho se vuelven espantadizos.
Los cobardes: hace a los caballos temerosos y pusilánimes, los envilece enteramente y los hace incapaces de toda obediencia pronta y vigorosa. Se les llama vulgarmente “Perreras” a este genero de bestias.
Los perezosos: son los caballos melancólicos, dormidos y propiamente abestiados. Algunos caballos de esta clase tienen la fuerza y el vigor como sepultados en la dureza de sus miembros y solo hay que despertarlos con algunos castigos dados en el momento justo con el fin de animarlos. Suelen salir excelentes caballos.
Los impacientes: este defecto nace de la demasiada sensibilidad y hace al caballo ardoroso, determinado, impaciente e inquieto. Es difícil mantener a estos caballos en una marcha tranquila y apacible, siempre están en continua agitación, llevando al jinete con el mayor desasosiego e incomodidad.
Los coléricos: son los vengativos y que se ofenden rápidamente de los pequeños castigos que se les aplica. Deben manejarse con mucho cuidado y prudencia, pero cuando se les sabe entender, se saca de ellos mejor partido que de los maliciosos y cobardes.
Los maliciosos: estos retienen sus fuerzas por picardía y no hacen nada que no sea por fuerza y contra su voluntad. Algunos caballos con este defecto dan a entender algún género de obediencia cuando están cansados, lo hacen solamente por libertarse del castigo y en cuanto recobran un poco de fuerza y de aliento se defienden con más vigor.
Los diferentes vicios que acabamos de definir son el origen de 5 defectos considerables: caballos espantadizos, viciosos, harones, repropios y entablados ….
Por lo que veo en 1786 ya existía una cierta tendencia a “humanizar” al caballo

Hay dos causas principales de la indocilidad y de los vicios que de esto resultan: defectos exteriores o interiores.
Los exteriores son las limitaciones de conformación física, ya sea natural o por accidente.
Las interiores son las que forman el mal carácter del caballo y son 6: timidez, cobardía, pereza, impaciencia, cólera y malicia …
Los tímidos: son los que están siempre miedosos a toda ayuda y castigo, los que se asombran al menor movimiento que hace el jinete para gobernarlos; los defectos que produce es obediencia incierta, interrumpida, débil y tarda; y si se les castiga mucho se vuelven espantadizos.
Los cobardes: hace a los caballos temerosos y pusilánimes, los envilece enteramente y los hace incapaces de toda obediencia pronta y vigorosa. Se les llama vulgarmente “Perreras” a este genero de bestias.
Los perezosos: son los caballos melancólicos, dormidos y propiamente abestiados. Algunos caballos de esta clase tienen la fuerza y el vigor como sepultados en la dureza de sus miembros y solo hay que despertarlos con algunos castigos dados en el momento justo con el fin de animarlos. Suelen salir excelentes caballos.
Los impacientes: este defecto nace de la demasiada sensibilidad y hace al caballo ardoroso, determinado, impaciente e inquieto. Es difícil mantener a estos caballos en una marcha tranquila y apacible, siempre están en continua agitación, llevando al jinete con el mayor desasosiego e incomodidad.
Los coléricos: son los vengativos y que se ofenden rápidamente de los pequeños castigos que se les aplica. Deben manejarse con mucho cuidado y prudencia, pero cuando se les sabe entender, se saca de ellos mejor partido que de los maliciosos y cobardes.
Los maliciosos: estos retienen sus fuerzas por picardía y no hacen nada que no sea por fuerza y contra su voluntad. Algunos caballos con este defecto dan a entender algún género de obediencia cuando están cansados, lo hacen solamente por libertarse del castigo y en cuanto recobran un poco de fuerza y de aliento se defienden con más vigor.
Los diferentes vicios que acabamos de definir son el origen de 5 defectos considerables: caballos espantadizos, viciosos, harones, repropios y entablados ….
Por lo que veo en 1786 ya existía una cierta tendencia a “humanizar” al caballo