Las gamarras que impiden la elevación de la cabeza no son para que el caballo vaya "engallado", colocado o como lo queráis llamar. Son para caballos que tienen la costumbre de pegar cabezazos hacia detrás, para que dejen de hacerlo. El caballo siempre tiene que tener un rango de movimiento y la gamarra debe empezar a actuar a partir de un cierto nivel, no continuamente. Llevar un caballo colocado con una gamarra fija es una barbaridad ya que estamos obligando a llevar al caballo a llevar el cuello en una posición para la que sus músculos no están preparados, y además le impedimos que pueda aliviarse del dolor que eso pueda provocar. Te propongo un experimento. Dobla tu barbilla sobre el pecho. Al principio no duele, a los cinco minutos sí. Cuando empiece a doler, en vez de levantar la cabeza manténla donde está con tus brazos. Eso es el efecto de una gamarra fija.
Colocar al caballo no se hace nunca de delante hacia detrás (tirando de las riendas hacia nosotros o colocando artilugios para que no pueda levantar la cabeza. Como ya os han dicho, primero hay que tener un buen asiento y un contacto bastante elástico (nuestras manos acompañan la boca del caballo, con más o menos contacto pero sin tirones ni aflojamientos). En vez de tirar del caballo hacia detrás, lo tenemos que empujar hacia delante, hacia nuestras manos.
Es algo que lleva tiempo, que requiere mucha práctica y mucha paciencia. Y que tiene su recompensa. Una vez aprendemos a pedirlo correctamente, seremos capaces de conseguirlo de casi cualquier caballo en poco tiempo. Pero hay que aprender a pedirlo. PEDIR, no forzar.