En mis cavilaciones mañaneras del lunes post-resaca dominguera, voy llegando a una conclusión, la cual destroza todo lo que hasta ahora creía, era el maravilloso mundo del caballo, en el que observo que, como cualquier cosa que toca el hombre se convierte de pasión en negocio.
Yendo de concurso en concurso y observando en silencio (cosa que suelo hacer a menudo) veo como van los jinetes y amazonas con sus fantásticos caballos, los cuales al entrar en pista se transforman en 30.000€ o 60.000€ con patas. Cuando escuchas al padre orgulloso decir “me ofrecen 60.000€ por la yegua pero a ver como se lo toma mi hijo cuando le diga que la vendo…, bueno le compraré otra”.
Cuando hablas con gente que quiere vender su querido animal, con la única condición de encontrarle un buen hogar y al final siempre acaba con el que más pague...
Cuando por ahorrarnos 100€ al mes decidimos deshacernos de ese amigo, que ya no sirve para entretenernos, y que nos ha dado todo cuanto tenía, que no era más que su corazón y su honradez.
Por esa gente que alardea con sus compañeros de trabajo de que tiene un caballo y para lo único que van a verle es porque tienen que pagar la factura (y algunos ni eso.)
Por esa gente que solo ve en el caballo un entretenimiento más para el fin de semana, como el que va a jugar al golf y no se da cuenta de que es un ser vivo, cómprate una moto copón…
Cuando la gente que alardea de querer tanto a los caballos te dice, “yo lo mandaría para carne…..”
Donde quedó ese mundo en el que no dormía en toda la noche pensando que al día siguiente me llevaban a montar?
La hipocresía es algo muy común, por desgracia en el ser humano, y pensamos que diciendo ciertas cosas limpiamos nuestra conciencia aunque luego hagamos lo contrario…….
Y después de todo esto creo que es el momento de tomarme un myolastan…
Yendo de concurso en concurso y observando en silencio (cosa que suelo hacer a menudo) veo como van los jinetes y amazonas con sus fantásticos caballos, los cuales al entrar en pista se transforman en 30.000€ o 60.000€ con patas. Cuando escuchas al padre orgulloso decir “me ofrecen 60.000€ por la yegua pero a ver como se lo toma mi hijo cuando le diga que la vendo…, bueno le compraré otra”.
Cuando hablas con gente que quiere vender su querido animal, con la única condición de encontrarle un buen hogar y al final siempre acaba con el que más pague...
Cuando por ahorrarnos 100€ al mes decidimos deshacernos de ese amigo, que ya no sirve para entretenernos, y que nos ha dado todo cuanto tenía, que no era más que su corazón y su honradez.
Por esa gente que alardea con sus compañeros de trabajo de que tiene un caballo y para lo único que van a verle es porque tienen que pagar la factura (y algunos ni eso.)
Por esa gente que solo ve en el caballo un entretenimiento más para el fin de semana, como el que va a jugar al golf y no se da cuenta de que es un ser vivo, cómprate una moto copón…
Cuando la gente que alardea de querer tanto a los caballos te dice, “yo lo mandaría para carne…..”
Donde quedó ese mundo en el que no dormía en toda la noche pensando que al día siguiente me llevaban a montar?
La hipocresía es algo muy común, por desgracia en el ser humano, y pensamos que diciendo ciertas cosas limpiamos nuestra conciencia aunque luego hagamos lo contrario…….
Y después de todo esto creo que es el momento de tomarme un myolastan…