


Buenas tardes, en primer lugar os quería presentar a esta potra española de nombre PIRUETA XXV de tres años y medio que tengo desde hace tres semanas, es mi primer caballo en propiedad después de estar montando varios años y está cerril total, pero con ayuda de un gran profesional (y amigo) vamos a intentar hacer un buen trabajo con ella. Lógicamente ya hemos tenido varias dificultades con ella para empezar a la cuerda, porque a una mano se negaba a ir, pero poco a poco vamos consiguiendo introducirla en el trabajo, alternando el trabajo a la cuerda propiamente dicho con el trabajo a la cuerda "sin cuerda". Va respondiendo bien a la voz y poco a poco trabaja con mucha más calma. Al principio ni se ponía al paso, y ahora ya va a los tres aires y se para, lo que al principio era impensable. Ya le hemos puesto un par de días el cinchuelo y poco a poco iremos viendo la introducción del filete, riendas de atar, etc..., pero bueno, todo a su tiempo!!!!
Como sé que hay varios aficionados más en situación de domar o educar un potro si alguien quiere compartir dificultades, pues estaría encantado de hacerlo, bien por temas en este foro, mensajes privados o por el medio que consideréis oportuno. Yo vivo en Castellón.
Bueno, y os quería comentar una cosa que me ha ocurrido hoy para ver vuestra opinión: la estoy acostumbrando a dar manos y pies y va bastante bien, pues los pies que suele ser lo más problemático los suele dar sin protestar mucho, cosa que sí hace con las manos, teniendo que aguantar fuerte para que no las retire de golpe....El caso es que ayer le fui a aplicar una pomada en un pie y lanzó un par de coces muy feas. Hoy le voy a coger los pies...y lo mismo....me ha extrañado y aunque lógicamente soy partidario de pedir y no coger por la fuerza los cascos, también pienso que en situaciones de día a día hay que intentar cortar cualquier comportamiento violento o díscolo del animal para que no vaya a más, y más en el caso de los potros. El caso es que había otro propietario por allí y me ha aconsejado lo que al parecer hacen algunos herreros: se coge con suavidad el ronzal y se le baja por la pata hasta el menudillo. Entonces le pedimos el pie y si cocea lo inmovilizamos en el aire hasta que deja de cocear. Cuando para, acariciamos y soltamos suavemente. Me ha parecido una buena opción para educar. Sería mejor si los diera a la primera, pero ya que no es el caso, pienso que en la cabeza del caballo quedará la idea de que es absurdo luchar y de que no corre ningún peligro. ¿Qué os parece??? Muchas gracias y saludos a todos!!!!