Pongo otro, quiza sea demasiado rollo, pero si sirve para aclar algo bien y si no, pues lo siento.
Macrominerales
Calcio y Fósforo
El calcio constituye un 35% de la estructura ósea, interviene en la contracción del músculo cardíaco, la integridad de la membrana celular, la secreción glandular, la regulación de la temperatura y los mecanismos de coagulación sanguínea.
El fósforo es esencial para el crecimiento y mantenimiento de huesos y dientes, para el metabolismo energético y para numerosas funciones celulares.
La perfecta integridad de un esqueleto desarrollado, sólido y resistente a las violentas tracciones musculares y al golpeteo sobre suelos duros es la condición ideal para todo resultado físico.
La alimentación tiene un papel importante en prevenir los trastornos del metabolismo óseo, que alteran el desarrollo y la solidez del esqueleto. Esto condiciona la precocidad del tejido óseo. Todo retraso, en este terreno producido por un desequilibrio nutricional es de grave consecuencia en los equinos sometidos cada vez mas temprano al entrenamiento y obligados a un trabajo muy duro. Los controles radiológicos permiten apartar de las carreras a los animales con esqueleto muy inmaduro.
La concentración de calcio en el plasma sanguíneo esta regulada por la parathormona, la calcitonina y los metabolitos de la vitamina D.
Si el nivel de calcio en el suero es bajo (calcemia normal: 115mgr./l de plasma) debido al aporte insuficiente en la ración , se segrega parathormona. Esta estimula el aumento de la calcemia por mayor movilización de calcio de los huesos, mayor reabsorción tubular de calcio y mayor producción de la forma hormonal de la vitamina D, que a su vez estimula la absorción de calcio y fósforo del intestino.
La fosfatemia varia entre 27 y 45 mg/l y es mas sensible a los aportes alimentarios de fósforo (tanto en carencia como en exceso).
Los forrajes son pobres en fósforo. Las gramíneas son débiles en calcio, mientras que las leguminosas como la alfalfa son mas aptas para compensar las insuficiencias de los cereales. Los granos contienen un fuerte exceso de fósforo en relación al calcio. Dietas con abundante afrecho de trigo y cereales son ricas en fosfato orgánico (fitato) y bajas en calcio.
La proporción de forrajes en la ración total disminuye con respecto a los cereales (avena), a medida que el nivel alimentario se eleva para hacer frente a un trabajo mas intenso. La carencia en calcio se encuentra complicada por un exceso de fósforo. Por lo tanto debe evitarse un exceso de fósforo en la dieta ya que inhibe la absorción de calcio, altera la homeostasis cálcica y la velocidad de remodelación ósea.
También se deben evitar los excesos de calcio en la dieta, porque esto inhibe el proceso de remodelación ósea en el hueso e interfiere con la utilización de fósforo y otros minerales como magnesio, zinc, hierro , cobre y manganeso .
La buena mineralización del hueso impone satisfacer dos reglas:1) Aporte suficiente de calcio y fósforo asimilables; 2) Relación fosfocálcica bien adaptada y cobertura suficiente pero no excesiva de vitamina D
1) Las necesidades de calcio digestibles del equino en entrenamiento están valoradas en 27,5 mg/kg. de PV / día y con respecto al fósforo 11,5 mg/kg. de PV / día.
En las condiciones habituales de entrenamiento las necesidades de calcio y fósforo aumentan y serian:
Gr / A / día % de la ración
Ca P Ca P
Adulto en Entrenamiento 25-30 15-20 0,35 0,25
Equino en Trabajo 30-40 20-25 0,4 0,3
Para el caballo de carrera se estima que la ración debe contener como mínimo 0,6 % de calcio y 0,45% de fósforo. Estas proporciones pueden verse alteradas dependiendo del tipo predominante de forrajes ofrecidos en la dieta. Si se utilizan predominantemente gramíneas, habrá que considerar una posible suplementación con calcio para balancear con los niveles de fósforo. En el caso de utilizar una mayor proporción de leguminosas la suplementación con calcio no seria necesaria, salvo en caso de interacciones con otros minerales o cuando se utilizan dietas con alta proporción de granos.
2) La relación fosfocálcica resulta en 1,6-1,7 en los equinos jóvenes y 1,3-1,4 en los adultos. Esta relación debe permanecer superior a 1,2 para prevenir la susceptibilidad a fracturas.
En cierta medida la vitamina D compensa las consecuencias del desequilibrio fosfocálcico de la ración. Sin embargo ante un déficit de uno de estos elementos la vitamina D por acción de la parathormona mantiene la homeostasis en detrimento de la mineralización ósea, por lo que un aporte excesivo precipita y agrava las lesiones óseas.
Por todo esto las patologías mas frecuentes serian raquitismo, osteomalacia y osteofibrosis.
En el raquitismo se combina una deficiencia de calcio y de vitamina D por lo que la mineralización es anormal. Los cartílagos se engruesan y se transforman en tejido osteoide, se observa reducción del paso, rigidez del raquis, retraso en el crecimiento, irregularidades de los aplomos, anormalidades óseas a nivel del carpo, tarso, etc.
La osteomalacia tiene las mismas causas que el raquitismo pero aplicadas a un hueso que ya a terminado su crecimiento.
La osteofibrosis se produce por un exceso de fósforo en la dieta induciendo una hiperfosfatemia con una segura hipocalcemia. Este es el origen del hiperparatiroidismo secundario nutricional que provoca una desmineralización del hueso y transformación hipertrófica en tejido fibroso, se presentan tumefacciones óseas sobre todo a nivel de la cara y mandíbula y son prácticamente irreversibles.
La osteofibrosis crónica se manifiesta por deformaciones óseas alrededor de las articulaciones, esto causa claudicación intermitente, recidivantes ante esfuerzos con predisposición a fracturas debido a la fragilidad ósea comprometiendo tanto el entrenamiento como la duración de la carrera. Se debe complementar con un componente mineral rico en calcio.
Prevención: Aporte regular de un complemento rico en calcio para compensar el exceso de fósforo de los cereales. Se evitara una sobrecarga cálcica que dificulte la absorción de otros minerales. Se los suplementará con harina de hueso, fosfato bi cálcico y/o con fosfato mono sódico Por ejemplo se puede administrar fosfato di cálcico a razón de 8grs de calcio y 6grs de fósforo en 30 g de suplemento (30grs es una cucharada de mesa ) por lo que tendría que suministrarle alrededor de 3 a 4 cucharadas por día al equino en entrenamiento (recordar que este necesita 25-30 g calcio/A/día y 15-20grs fósforo/A/día).
En caso de un déficit dietario de calcio se puede corregir con mayor facilidad con una piedra caliza.
Por otra parte y debido a que los equinos utilizan bastante bien el fósforo fítico las raciones de estos se formulan en base al fósforo total, limitando su inclusión para no afectar la absorción intestinal de calcio (Wolter 1975, Lewis 1995).