La causa de las ranillas podridas es una bacteria que se encuentra normalmente en el ambiente del caballo, sobre todo si hay humedad, suciedad y falta de ventilación. Hay caballos que tienen los surcos de las ranillas muy profundos, entonces las bacterias se multiplican y provocan el deterioro de la ranilla, provocando al mismo tiempo grietas y recovecos que son más difíciles de limpiar.
Todos los productos que se utilizan para luchar contra la podredumbre (agua oxigenada, alquitrán de Noruega, Plusfoot, lejía, sulfato de cobre etc) son sólo efectivos en las partes a las que llegan. El plusfoot y el alquitrán de Noruega, por ejemplo, son desecantes y pueden provocar que se cierre algunas grietas que contienen la bacteria. La palma aparece reseca en unos días y parece que hemos acabado con la infección, pero la bacteria sigue infectando la ranilla.
El Plusfoot y cualquier otro artículo que lleve formol es cancerígeno por inhalación de los vapores, así que hay que tener precaución en su uso. Vamos, que no os va a salir un tumor si lo habéis olido un día, pero que no es recomendable además que os dejará una sensación de quemazón dentro de la nariz aunque sólo te rasques la nariz con el guante que lo estás aplicando (esto lo sé por experiencia).
Hay que aplicarlo diluido, con guantes, y además evitar que toque los talones o la corona ya que es muy irritante y puede provocar quemaduras, tanto en la piel del caballo como en la vuestra.
El agua oxigenada y la lejía o el sulfato de cobre también matan las bacterias pero su efecto bactericida dura sólo durante el baño.
De ahí que hayan tantos tipos de productos diferentes en el mercado para los problemas de ranillas. Lo mejor es aplicarlos con una jeringuilla de las pequeñas, de las de 0.5 o 1 como mucho, ya que tienen la boquilla pequeña y con eso evitaremos los derrames y también podremos meterlo mejor por todos los rincones.
El tratamiento debe ser diario y por supuesto mantener al caballo esos días en un ambiente seco y limpio. Antes de aplicarlo limpiar bien el casco con el limpiacascos y después con un cepillo para cascos (unos pequeñitos con las cerdas duras y cortas). Si quieres puedes ducharlo para eliminar bien la suciedad, pero piensa que la bacteria es amante de la humedad, cuánto más seco esté el casco mejor.
Si después de aplicar el tratamiento y lo dejas en un prado lleno de barro o en una cuadra muy sucia o muy mojada, poco efecto le hará.
Para estos casos hay una pintura y arcilla que es antibacteriana que crean una capa aislante para que no esté el casco del caballo afectado por el barro todo el día. Son unos productos de una marca que se llama Red Horse, ahora se venden también en España.
Yo he probado varios productos, algunos con buen resultado y otros con resultados asombrosos, pero los vets y los herradores siguen recomendando el betadine, el sulfato de cobre y otros productos que se han usado toda la vida.
El secreto está en ser constante, no basta con que se haga una vez al día, sino todos los días, y por supuesto si el casco del caballo está mojado porque lo hemos duchado esperar a que esté bien seco antes de meter al prado o a la cuadra, después de haber aplicado el producto, por supuesto.
