Si no hubiera gente que comprara lo robado no habría ladrones, es así de sencillo.
Eso es una verdad como un templo. Igual que si nadie consumiera nada ilicito, pongamos por ejemplo cualquier tipo de droga no permitida, no habría camellos. Pero amigo, la ley en estos casos mata al mensajero, y como luego lo que impera es la ley de la oferta y la demanda, pues pasa lo que pasa...
Desgraciadamente en este mundo del caballo hay mucho "Trapala". Os pongo un ejemplo: Este año, por mayo, a la romería de mi pueblo han venido trabajando varios carreros, con sus mulos y sus carros, y precisamante uno de ellos estuvo el último día de romería en mis cuadras, pues cargo y descargo en la misma puerta. Incluso estuvimos charlando un momentillo a cuenta de sus animales y los míos, de como había ido la cosa, etc. y le dije que si necesitaba algo de alli, o quería dar de beber a los animales o lo que sea, no dudara en pedirlo. Hhasta ahí todo bien.
Llega el Rocio y un buen amigo mio me comenta que habían robado varios mulos de la Hermandad de Sevilla y habían cogido a los "cuatreros", que eran varios y que les habían requisado los mulos. Pues bien, no salgo de mi asombro cuando me dice que uno era el conocido "Fulano", que no era otro que el carrero que días antes había estado en mis cuadras y que para nada me resulto sospechoso de poder hacer nada de esto. Y yo le había abierto las puertas de mi casa.
Moraleja: ya no me fio ni de mi padre.