¡Hola otra vez a todos!
Esta vez vengo a machacaros la cabeza con otro temita. Ya es sabido por todos lo de la quedada de Madrid, y yo estoy mirando a ver si el fin de semana de mi cumpleaños (el anterior al de la quedada, aprovecho para decirlo) me voy a hacer unas pistas o algo para volver a cogerle el tranquillo a esto.
Como no podía esperar otra cosa, al comentárselo a mi novio, él también ha querido apuntarse, estupendo, pensaréis, pero ¡es que no ha montado a caballo en su vida!
He pensado en ese mismo fin de semana que vaya a montar yo (que tampoco es seguro que vaya) alquilarle un caballo mansito a él e intentarle enseñar lo básico al menos para que no se caiga del caballo.
Pero, ¿y si no consigo darle la clase? ¿No sería mejor que no viniera? El pobre se lo tomaría bien igualmente, pero me daría lástima tenerlo de chófer y que luego se quedara aburrido por allí, o tuviera que volverse, para luego tener que venir a por mí.
¿Qué me recomendais? La verdad, a mí me hace mucha ilusión que se interese por lo que me gusta a mí, e incluso, que quizá se enganche también, y así, retomarlo yo, y empezar él. Estaría curioso, la verdad.
Pero aún así, no sé si anteponer mi capricho, la esperanza y la suerte o la fluidez de la quedada y del grupo.
Esta vez vengo a machacaros la cabeza con otro temita. Ya es sabido por todos lo de la quedada de Madrid, y yo estoy mirando a ver si el fin de semana de mi cumpleaños (el anterior al de la quedada, aprovecho para decirlo) me voy a hacer unas pistas o algo para volver a cogerle el tranquillo a esto.
Como no podía esperar otra cosa, al comentárselo a mi novio, él también ha querido apuntarse, estupendo, pensaréis, pero ¡es que no ha montado a caballo en su vida!
He pensado en ese mismo fin de semana que vaya a montar yo (que tampoco es seguro que vaya) alquilarle un caballo mansito a él e intentarle enseñar lo básico al menos para que no se caiga del caballo.
Pero, ¿y si no consigo darle la clase? ¿No sería mejor que no viniera? El pobre se lo tomaría bien igualmente, pero me daría lástima tenerlo de chófer y que luego se quedara aburrido por allí, o tuviera que volverse, para luego tener que venir a por mí.
¿Qué me recomendais? La verdad, a mí me hace mucha ilusión que se interese por lo que me gusta a mí, e incluso, que quizá se enganche también, y así, retomarlo yo, y empezar él. Estaría curioso, la verdad.
Pero aún así, no sé si anteponer mi capricho, la esperanza y la suerte o la fluidez de la quedada y del grupo.