No creo que los Akhal, tengan mal carácter, ni tampoco los caballos de sangre caliente, muchas veces confundimos carácter y temperamento, la definición que mas me ha gustado es la de Luis Ramos Paul.
“El carácter lo manifiesta el caballo durante las veinticuatro horas del dia tanto en el box, como en el picadero durante su trabajo.
El temperamento es manifestado por el caballo, solamente durante su trabajo.
Un caballo con mal carácter, es aquel, que al abrir la puerta de su box, nos enseña la grupa, nos guiña las orejas, nos amenaza con sus manos y su boca y nos enseña sus dientes. Este carácter sigue siendo presente durante su trabajo.
El temperamento es otra cosa. El temperamento es la mayor o menor disponibilidad del caballo a la hora de trabajar. Sus deseos. Sus ganas de ir hacia delante. Su corazón. Su sentir interior de compenetrarse con el sentir interior de su jinete. El temperamento es, en mayor o menor grado, el que el jinete por medio de sus ayudas de piernas o manos puede y debe clasificar, hasta conseguir el grado temperamental deseado. El carácter no se dosifica, es impermeable a las ayudas del jinete. El temperamento puede ser dominado por el jinete, el carácter nunca, es indomable. El temperamento nace del interior del caballo, el carácter tiene su morada en la mente, y el caballo que tiene cabeza es muchísimo peor que el que tiene corazón.
A la hora de trabajar un caballo, tenemos que tener muy presente el distinguir entre el temperamento y la fuerza, porque hay veces que el temperamento suple a la fuerza en determinadas ocasiones. A veces, un caballo gana una carrera por media cabeza, y resulta que el segundo tiene mas aptitudes físicas que el primero, pero este tiene mas temperamento”.
Ademas el temperamento de muchos caballos suele ser característico de su raza o de determinada línea de sangre. Con frecuencia ese temperamento es nervioso, hiperactivo y dominante, tipo que generalmente se asocia a las razas conocidas como de “sangre caliente”. Además, la selección artificial realizada posteriormente para la competición ha hecho que estos caballos no sólo potencien estas características, sino que a menudo exacerben una personalidad dominante.
Pero el factor hereditario no es el único que interviene en la determinación de un temperamento dado, también existen componentes ambientales que lo modifican, lo moldean y acondicionan. Por lo tanto también tendremos que tomar cuidadosamente en cuenta las respuestas y reacciones aprendidas durante la convivencia con otros caballos y durante el adiestramiento y manejo tradicional de que ha sido objeto.
Es por estas dos razones, las genéticas y las ambientales, las innatas y las adquiridas, que la labor más difícil que enfrentan los adiestradores de este tipo de caballos - considerados como “difíciles” o “complicados”-, es la de “acondicionarlos” mediante un mejor manejo para que en el equino prevalezca la calma, la paciencia, la distensión, la disposición a colaborar y la obediencia, a pesar de que su actividad deportiva requiera temperamentos fuertes o “calientes”.
Por cierto, no conozco la historia del raid y los rusos, pero me sorprende mucho y me cuesta creerla.
Saludos.