El FRENO:
Los griegos al atribuirle su invento a Poseidón que lo necesitó para domar a Arión, el primer caballo por él creado, no hacer más que probar su antigüedad de este tema.
Dejando de un lado este antecedente mitológico , de la simple correa atada a la quijada, el bocado como se dijo al principio, se paso a la barra transversal o embocadura, que se aseguraba a la boca del animal por medio de la cabezada, más tarde Jenofontes hace la diferencia entre freno y bridón.
Aunque usual y universalmente conocido, no siempre era colocado cuando se cabalgaba y los romanos para citar un caso, solían hasta quitárselo a las cabalgaduras cuando en los campos de batallas las lanzaban a la carga.
Si bien la embocadura complicadas eran conocidas también por los egipcios, se aceptó con preferencia el bridón, que era articulado en el medio y durante los primero siglos del Medioevo fue lo habitual.
Mientras tanto comienza el uso de las armaduras de guerra lo cual aumenta el peso que deben desplazar los caballos ( en general de la raza de los pesados) Ardeneses, Burloneses, Lombardos, Percherones, únicos ejemplares capaces de andar sobre cargados con todas las herramientas que vestía el jinete y la que le cubría a ellos.
Para manejar las cabalgaduras en estas condiciones se necesitaba un arnés que trasmitiese con mayor violencia la voluntad del jinete, sobre todo teniendo en cuenta que algunas de las razas nombradas, siendo del tipo linfático, se caracterizaban por cierta lentitud de movimientos. En el momento de los frenos con piernas de casi 45 centímetros de largo y espuelas de más de 60.
Luego ocurre a la inversa: el empleo de las armas de fuego obliga a aligerar la cabalgadura y al jinete de todo el acero que estaba resultando inútil, a tiempo que se le exige al caballo movimientos más rápidos y mayor velocidad en su desplazamiento.
La escuela de equitación que estaba naciendo resuelve este problema: repasan los arreos reformándolos o bien ideando otros más racionales. Pignatelli, que se encuentra dentro de los actores de estos cambios, tomó la iniciativa de quitarle al freno todo el peso que le parecía excesivo. Pluvinel al llevar el freno de su maestro a Francia, lo aligeró aún más y La Guériniere lo reduce hasta donde fue posible.
En fin, no hubo maestro de equitación que no contribuyese con su propio aporte, sea reformando, sea creando su propio tipo de arnés de acuerdo a los siempre nuevos problemas. Se tiene así, una interminable colección de piernas y puentes donde la fantasía de los maestros pudo desahogarse en increíbles combinaciones de formas y tamaños de ruedas, ganchos, cadenas y otros aparejos para la embocadura, en fin de las cuales era también de evitar el endurecimiento de la boca del animal. Todo ello vuelve a simplificarse más y más durante el siglo XVIII hasta acabarse nuevamente al simple bridón o freno de barra ligeramente curvadas como el Weymount o Pelham, más fuerte y sensible al mismo tiempo y que es una combinación de los dos tipos citados.
El Bridón, cuando no se usa solo, es un refuerzo del freno y pasa en tal caso a llamarse Filete, mientras a su vez el freno toma el nombre de Bridón, En esta combinación el filete resulta un instrumento harto delicado par los que no montan con maestría ya que puede lastimarse la boca del animal.
Los griegos al atribuirle su invento a Poseidón que lo necesitó para domar a Arión, el primer caballo por él creado, no hacer más que probar su antigüedad de este tema.
Dejando de un lado este antecedente mitológico , de la simple correa atada a la quijada, el bocado como se dijo al principio, se paso a la barra transversal o embocadura, que se aseguraba a la boca del animal por medio de la cabezada, más tarde Jenofontes hace la diferencia entre freno y bridón.
Aunque usual y universalmente conocido, no siempre era colocado cuando se cabalgaba y los romanos para citar un caso, solían hasta quitárselo a las cabalgaduras cuando en los campos de batallas las lanzaban a la carga.
Si bien la embocadura complicadas eran conocidas también por los egipcios, se aceptó con preferencia el bridón, que era articulado en el medio y durante los primero siglos del Medioevo fue lo habitual.
Mientras tanto comienza el uso de las armaduras de guerra lo cual aumenta el peso que deben desplazar los caballos ( en general de la raza de los pesados) Ardeneses, Burloneses, Lombardos, Percherones, únicos ejemplares capaces de andar sobre cargados con todas las herramientas que vestía el jinete y la que le cubría a ellos.
Para manejar las cabalgaduras en estas condiciones se necesitaba un arnés que trasmitiese con mayor violencia la voluntad del jinete, sobre todo teniendo en cuenta que algunas de las razas nombradas, siendo del tipo linfático, se caracterizaban por cierta lentitud de movimientos. En el momento de los frenos con piernas de casi 45 centímetros de largo y espuelas de más de 60.
Luego ocurre a la inversa: el empleo de las armas de fuego obliga a aligerar la cabalgadura y al jinete de todo el acero que estaba resultando inútil, a tiempo que se le exige al caballo movimientos más rápidos y mayor velocidad en su desplazamiento.
La escuela de equitación que estaba naciendo resuelve este problema: repasan los arreos reformándolos o bien ideando otros más racionales. Pignatelli, que se encuentra dentro de los actores de estos cambios, tomó la iniciativa de quitarle al freno todo el peso que le parecía excesivo. Pluvinel al llevar el freno de su maestro a Francia, lo aligeró aún más y La Guériniere lo reduce hasta donde fue posible.
En fin, no hubo maestro de equitación que no contribuyese con su propio aporte, sea reformando, sea creando su propio tipo de arnés de acuerdo a los siempre nuevos problemas. Se tiene así, una interminable colección de piernas y puentes donde la fantasía de los maestros pudo desahogarse en increíbles combinaciones de formas y tamaños de ruedas, ganchos, cadenas y otros aparejos para la embocadura, en fin de las cuales era también de evitar el endurecimiento de la boca del animal. Todo ello vuelve a simplificarse más y más durante el siglo XVIII hasta acabarse nuevamente al simple bridón o freno de barra ligeramente curvadas como el Weymount o Pelham, más fuerte y sensible al mismo tiempo y que es una combinación de los dos tipos citados.
El Bridón, cuando no se usa solo, es un refuerzo del freno y pasa en tal caso a llamarse Filete, mientras a su vez el freno toma el nombre de Bridón, En esta combinación el filete resulta un instrumento harto delicado par los que no montan con maestría ya que puede lastimarse la boca del animal.