Como sabéis, cuando compré a Cheska no estaba herrada, y yo le arreglaba los pies. Por fín después de mucho insistir conseguí que el herrador la herrara de atrás antes del verano, y desde entonces hasta hoy la ha herrado sin problemas. Bueno, eso sí, tenía que estar yo con ella y ser yo la que le levantaba los pies, después se los pasaba al herrador.
Hoy ha venido a herrarla y no ha habido forma. Cuando le estaba haciendo las manos estaba bastante relajada, yo a su lado hablándole todo el rato, y no ha dado ningún problema. Cuando le he cogido los pies yo, tampoco, el problema venía cuando se los cogía él, que empezaba a forcejear para soltarse. Lo mismo con los dos pies. Si se acercaba él, se ponía tensa y amenazaba levantando el pie, si me acercaba yo se los dejaba coger sin ningún problema, incluso martillear y todo lo que hiciera falta.
Al final, sujetándole yo los pies, ha podido quitarle las herraduras. Mientras yo la sujetaba ni tan siquiera tenía que hacer fuerza, ya que apoyaba tranquilamente los pies en mis manos, y él ha martilleado y tirado con las tenazas y ella no ha dicho ni mu. Pero me ha dicho que no quería herrarla en esas condiciones, que si por una de aquellas movía el pie mientras estaba clavando me podía hacer daño, así que lo hemos dejado para otro día, a ver si está más tranquila y relajada.
Tengo poco más de una semana para "convencerla" de que no pasa nada porque la hierren. Pero no sé ni por donde empezar, porque es que mientras soy yo la que la sujeta no hay ningún problema.
¿Puede ser porque el herrador la sujeta con mucha más fuerza y se siente "atrapada"? ¿Y porqué empieza ahora cuando estos meses atrás se ha dejado sin dar problemas?
¿Porqué son tan rematadamente complicados estos animales?
Heeeeeeeelp!!!!!
Hoy ha venido a herrarla y no ha habido forma. Cuando le estaba haciendo las manos estaba bastante relajada, yo a su lado hablándole todo el rato, y no ha dado ningún problema. Cuando le he cogido los pies yo, tampoco, el problema venía cuando se los cogía él, que empezaba a forcejear para soltarse. Lo mismo con los dos pies. Si se acercaba él, se ponía tensa y amenazaba levantando el pie, si me acercaba yo se los dejaba coger sin ningún problema, incluso martillear y todo lo que hiciera falta.
Al final, sujetándole yo los pies, ha podido quitarle las herraduras. Mientras yo la sujetaba ni tan siquiera tenía que hacer fuerza, ya que apoyaba tranquilamente los pies en mis manos, y él ha martilleado y tirado con las tenazas y ella no ha dicho ni mu. Pero me ha dicho que no quería herrarla en esas condiciones, que si por una de aquellas movía el pie mientras estaba clavando me podía hacer daño, así que lo hemos dejado para otro día, a ver si está más tranquila y relajada.
Tengo poco más de una semana para "convencerla" de que no pasa nada porque la hierren. Pero no sé ni por donde empezar, porque es que mientras soy yo la que la sujeta no hay ningún problema.
¿Puede ser porque el herrador la sujeta con mucha más fuerza y se siente "atrapada"? ¿Y porqué empieza ahora cuando estos meses atrás se ha dejado sin dar problemas?
¿Porqué son tan rematadamente complicados estos animales?
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