Ayer nos sucedió una anécdota que quiero compartir con vosotros, por si a alguien le sucede alguna vez, y también por si alguien tiene una solución mejor de la que nosotros encontramos al final.
Le estabamos pintando los cascos a una yegua alazana calzada de los pies, cuando el motor de un coche hizo un ruido raro, la yegua se asustó y ¡Plaf! fue a meter el pie justo dentro del bote de aceite de enebro, que era tamaño familiar y estaba lleno hasta los bordes. Bueno, no veáis cómo se puso el animalito de grasa hasta los corvejones. ¡Y encima en las partes que tenía blancas!
Le quitamos todo lo que pudimos con las manos, pero después no había forma de sacárselo de las patas. Probamos con la ducha, con agua caliente con diferentes tipos de jabón y con cepillos, pero lo único que conseguiamos era extender más la mancha de color gris oscuro por las cañas.
Al final se nos ocurrió intentarlo frotando con viruta mezclado con champú para tordos (en seco), y fue mano de santo, en un ratito le volvió el color blanco a los pies, y después ya la pudimos duchar normal. No quedó perfecta porque ya no teníamos fuerza para más, pero si hubiésemos empezado con la viruta desde el principio la hubiéramos dejado perfecta. Y creo que si hubiese sido serrín aún hubiera quedado mejor. Por cierto, que me acordé mucho de lo que dice Gabino de que la viruta reseca los cascos de los caballos. ¡No veáis cómo absorbía el aceite de enebro!
¿Alguien sabe de alguna otra solución en estos casos?
Saludos,
Casey
Le estabamos pintando los cascos a una yegua alazana calzada de los pies, cuando el motor de un coche hizo un ruido raro, la yegua se asustó y ¡Plaf! fue a meter el pie justo dentro del bote de aceite de enebro, que era tamaño familiar y estaba lleno hasta los bordes. Bueno, no veáis cómo se puso el animalito de grasa hasta los corvejones. ¡Y encima en las partes que tenía blancas!
Le quitamos todo lo que pudimos con las manos, pero después no había forma de sacárselo de las patas. Probamos con la ducha, con agua caliente con diferentes tipos de jabón y con cepillos, pero lo único que conseguiamos era extender más la mancha de color gris oscuro por las cañas.
Al final se nos ocurrió intentarlo frotando con viruta mezclado con champú para tordos (en seco), y fue mano de santo, en un ratito le volvió el color blanco a los pies, y después ya la pudimos duchar normal. No quedó perfecta porque ya no teníamos fuerza para más, pero si hubiésemos empezado con la viruta desde el principio la hubiéramos dejado perfecta. Y creo que si hubiese sido serrín aún hubiera quedado mejor. Por cierto, que me acordé mucho de lo que dice Gabino de que la viruta reseca los cascos de los caballos. ¡No veáis cómo absorbía el aceite de enebro!
¿Alguien sabe de alguna otra solución en estos casos?
Saludos,
Casey