Vaya... nada quiero menos que dar lugar a una discusión enconada. Esperemos que no degenere en eso el tema, que para colmo no es mío.
Opino que, si el jinete tiene la mano sensible, como debe tenerla, y el caballo ha aprendido a obedecer a las ayudas más sutiles, solo irá "sin contacto" si va sin riendas. Por largas que se lleven, a un extremos está la boca del caballo, y al otro la mano del jinete... así que hay un contacto muy ligero, que puede servir para comunicar al caballo nuestras intenciones. Muchas veces galopo con mi caballo a rienda suelta, con ellas sujetas por el extremo y la mano baja... per si aprieto el puño, obedece a esa ayuda, porque nota la señal (que es lo que se pretende), aunque las riendas no hagan fuerza sobre el freno.
Otra cuestión es que entendamos como "contacto" un cierto apoyo de la cabeza del caballo sobre el freno... esto sí exigirá cierta tensión en las riendas.
Para evitar discusiones estériles, y aunque no venga a cuento, resumiré aquí el método que he usado para montar mi caballo, y un par de ellos más. Es un experimento, no se puede incluir en ninguna de las disciplinas de competición habituales, ni tampoco en la reciente "doma natural".
Lo que he hecho es buscar unos cuántos tratados antiguos de equitación, todos anteriores a los finales del s. XVIII (de Jenofonte a La Gueriniere), y aplicar estrictamente lo que prescriben, apartando todas las novedades posteriores.
Mi idea era saber, aproximadamente, cómo podía ser un caballo enseñado para el campo, la guerra, o la caza (no confundir con los caballo de escuela de aquella época), en el año 1600 (por poner uno al azar).
Los pasos, resumido (y seguro que olvido algo, o lo cambio de orden), han sido los siguientes:
- Confianza con el caballo, hasta dejarse acariciar por todas partes, limpiar, herrar, embridar, y ensillar (aunque no sepa aún para qué sirven esos instrumentos).
También debe, en este tiempo, dejarse mover y sujetar en la cuadra o el prado... punto fundamental, pues si cede a nuestros toques suaves tenemos ya casi ganada la obediencia a las ayudas finas.
- Con un cabezón articulado y forrado (con serreta o plano), se le maneja de la mano, aprende a moverse adelante al toque suave de una vara al lado de la cincha, a ceder a la cuerda o ramal, dando la vuelta, parando, y dando pasos atrás, de los cuales siempre le saco hacia adelante (otro punto muy importante). Estos ejercicios los puede hacer ya con la silla puesta y cinchada, en el campo y las calles, "viendo mundo", y conociendo lo que luego no ha de asustarle.
- A la vez que aprende el manejo con el cabezón, le pongo, mientras le limpio, o mientras espera atado o en la cuadra, un juguete articulado en la boca, sujeto a una cabezada sin muserola ni ahogadero... así, aprende, jugando con este instrumento (similar a lo que antes llamaban "desbabador") a llevar hierro en la boca, y a tener esta fresca, sin temor a las embocaduras.
- Llegado el punto de montar, el "Maestro" que hasta entonces le ha guiado le sujeta, mientras un ayudante se sube a él, tranquilamente (si se ha hecho bien lo anterior, es raro que haya problemas). Se repite el manejo con el cabezón, mientras el ayudante montado no hace más que mantenerse en buen equilibrio, sin dar ni la más ligara ayuda al caballo.
Según vayan pasando los días, el ayudante acompaña las ayudas del Maestro con las más suaves de cuerpo, rodillas, muslos, y apoyo en los estribos. Cuando vaya obedeciendo bien a estas, añadirá las riendas a las anillas de los lados del cabezón, pasando, por grados, a mandar con ellas las vueltas, paradas, y pasos atrás, con el Maestro atento para ayudar desde abajo si el caballo no responde.
- Una vez que soltamos la cuerda, cuando el animal responde a las ayudas del jinete al paso y al trote, le montaremos tranquilamente, con cabezón y vara, en un cercado, o fuera de él, no olvidando pasear y callejear por lugares diferentes, y haciendo "visitas" a los lugares o animales que nos interese hacerle conocer. Lo que debe aprender ahora es:
· Partir; parar y dar atrás.
· Cambiar sin aspavientos ni brusquedades del paso y al trote, y al contrario, y alargar y acortar los aires... más lo uno o lo otro, según su temperamento lo pida.
· Dar vueltas amplias o más estrechas, y coger las esquinas, calles, o encrucijadas que se le manden sin dudar (muy importante en un caballo de campo, pues en lo que parece una tontería, hay muchas caídas).
· Cabalgar manos y pies, cediendo a las ayudas (si lo aprendió antes, a pie, no debería ser difícil), dejándose llevar, cuando sigue un camino ancho, de un lado a otro de él, sin dejar de marchar adelante, al paso y al trote.
- Le ponemos un filete o bocado articulado, pero sin riendas, para que siga obedeciendo al cabezón, pero llevando ya su hierro (que puede ir forrado). Cuando no lo extrañe, que será pronto, ponemos al freno sus riendas, pero las llevamos más flojas que las del cabezón, de modo que las paradas las hagamos ayudadas suavemente con este.
- Cuando el caballo no necesite apenas las ayudas de riendas, pare y dé atrás con facilidad, saliendo de nuevo adelante, y gire con solo apoyarle ligeramente la rienda de afuera en el cuello, podemos dejar el cabezón como recurso, pero llevando ya sus riendas más largas que las del freno. Si quisiéramos, también se podría llevar el caballo con solo el cabezón, o una cabezada sin freno, jáquima, etc..
- En este punto en que nuestro caballo sale al paso y trote sin dudar, para, da atrás y vuelve a salir adelante, gira a un lado y otro con soltura, hasta hacerlo en el mismo sitio, cabalga sus manos y pies. y todo ello con ayudas muy suaves... podemos hacer lo mismo al galope, sin mayor inconveniente.
Con esta educación, en la que desde el principio aprendió el caballo a ceder a la suavidad, podemos decir que, salvo imprevistos muy violentos, los espuelas y bocados más o menos grandes nos servirán más de adorno que de ayuda. Porque las ayudas que más usaremos son el cuerpo, los muslos y rodillas, rara vez arrimar las pantorrillas, y abrir o cerrar la mano.
Como ya dije al principio, hablo solamente de enseñanza para el campo y usos similares, no para la competición deportiva, cuyas exigencias son muy diferentes.
Espero hacerme explicado bien... es imposible resumir en un mensaje todo lo que se hace con un caballo, pero espero haber aclarado mi opinión favorable a estos bocados.
Saludos.