Hola a todos y todas,(esto es muy moderno y políticamente correcto), je, je, je
Cuando compré mi primera yegua, estaba enfosada, el problema no fue el dinero, ni siquiera se dolía el animal, hasta después de unos años, eso sí había que tener mucho cuidado con los herrajes, por aquel entonces comprometí a todos los herradores que conocía. Pero este animal, nos hizo aficionarnos a los caballos a toda mi familia. Se utilizaba esta yegua para dar paseos, al paso y poco más. Pero era muy querida en la casa.
Después compré un caballo entero árabe, que era precioso, algo pequeño, pero muy bien hecho. Este hasta que lo domamos y nos podíamos montar un poco tranquilos, nos dio un poco la lata, pero al final lo conseguimos, tenía unos cascos fabulosos, hasta que un buen día llegó el herrador, y de una mano, que herraje no le haría que lo dejó topino, le llamaban también pata de cabra, el casco en lugar de seguir su línea, se venía hacia atrás como en busca de los talones. En fin, caballo cojo de momento, cada vez peor, y claro, no le puedes añadir casco, que ya está cortado, el tendón se irritó tanto, que provocó que el casco se desuniera por la línea de unión casco-mano. En todo momento, estuvo mirado por el veterinario, que después de lo visto y que el despeque del casco iba en aumento, desistió, no veía cura posible, un hombre mayor nos dio una receta casera, (si os interesa os la daré), que hacía crecer el casco. Lo consultamos con el veterinario y nos dijo que como facultativo, no lo podía poner en práctica, por cuanto podía ser cancerígeno, pero que como amigos que lo suministraramos, porque era la única opción que nos quedaba para intentar, que el caballo, no se quedara sin casco totalmente, y volviera a sentar la mano. (El caballo estuvo 7 meses metido en su cuadra).
Comenzamos a utilizar el remedio de antaño, y comenzó a crecer como una uña en el filo del pelo, fue creciendo y llegó a soldar después de unos tres meses, el caballo, al cabo del tiempo tiró el casco muerto que le quedaba y nos volvimos a pasear, y estuvo con nosotros otros años muy buenos, luego lo cambiamos por otra yegua.
En fín, por lo que cuento esto es para darle ánimos a vermut y a su hermana, Mariana Serrano, por que un caballo de esta manera, generalmente, se ponen muy mansurrones, se dejan que los cuides muy bien y cuando te montas para dar un paseo, parece que tienes mucha más química con él, que con otro que no lo tienes que cuidar tanto.
Un saludo