¡Hola a todos! Hace mucho que no aparezco por aquí. Como algunos sabéis, hace poco más de dos meses llegó a casa mi nuevo amor, un cruzado de español (posiblemente hispanoárabe) de 5 añitos de edad (ya cumplidos los 6). Bueno, toca confesar que mi caso ha sido el contrario que el de mucha gente. Yo no estaba buscando caballo, pero en un viaje a Córdoba me enamoré de ese pequeño. Prácticamente fue como si él me encontrara a mí. No le conocía de nada y aun así nos lo llevamos a casa (bueno, a una hípica) incluso con todo lo que puede salir mal. Ha demostrado ser el caballo más bueno que he conocido jamás, pese a sus ligeras faltas en la doma.
Bueno, empecemos con su problema más obvio: cuello invertido. Yo había leído que para trabajar bien el dorso y corregir eso era bueno el trabajo a la cuerda. Pero sin tener ni idea de riendas laterales y otros cachivaches de cuerda, decidí intentarlo solo con cabezada de cuadra, una cuerda y una tralla como ayuda (o el mismo extremo de la cuerda). Al principio incluso al paso iba invertido, al trote ni os cuento, y al galope se volcaba y le costaba salir (salía atropellado y se tropezaba varias veces). He trabajado a Altivo todos los días que he ido a verle (que han sido casi todos) a la cuerda. Y al principio parecía que no avanzábamos, pero estas cosas necesitan tiempo y paciencia. Poco a poco iba estirando el cuello y trabajando con el dorso al paso. Así nos tiramos un tiempo, casi dos meses. Y hace un par de días, me sorprendió estirando ligeramente el cuello durante unos segundos al trote, a intervalos. Le premié con la voz todas las veces que lo hizo. Cuando llegó el galope, solo la voz (siempre doy ordenes con voz a la cuerda) y un ligero gesto corporal y de la tralla, salió tranquilo y ordenado. Pero ayer fue un día espléndido en cuanto a su avance. Relajado y trabajando bien su cuello y dorso, al paso, trote y galope, que salió solo con la orden de voz. Estoy completamente orgullosa de mi niño, pero lo mejor viene después.
Ayer vinieron unos amigos de la familia a conocer a Altivo. Ellos tienen una hija con síndrome de Down que, por supuesto, quería montar, así que ensillé al caballo, y con una cabezada de cuadra lo llevé a la pista (la cuerda la dejé estilo collar atada a la cabezada para que la niña sintiese como que montaba de verdad. Después de un rato guiando al caballo con las manos, sentí como que podía confiar en él. Y fue como si nos conociésemos de toda la vida. Le solté y la niña, contentísima, gritaba que estaba montando sola, así que seguí con el plan. Como conectados mentalmente, Altivo me seguía en todo momento, y con unas señales visuales con mi mano, yo le guiaba, izquierda, derecha, parada, giro a pesar de que no lo había hecho nunca con él. Me seguía en todo momento y con paciencia conseguimos entre los dos que la niña pasara una de las mejores tardes de su vida (más tarde me ayudó a lavarlo y a "pintarle las pezuñas con pintura verde"). Estaba tan encantada que dijo que de mayor quería ser limpiadora de caballos, jeje. Más tarde monté también a su hermana mayor y después a mi hermano (menos tiempo). Luego aprovechando que ya estaba ensillado le puse la cabezada y trabajamos un poco los círculos y cambios de mano al paso (tengo que ir prácticamente desde el principio con mucha paciencia jeje). Luego un poco de trote con riendas holgadas, y ya le dejé en paz.
He de decir que mi niño ayer (y muchos otros días) se mereció todas las zanahorias del mundo, y más. Cuando pueda pondré algunas fotos nuevas de él. Siento todo el parrafazo, pero tenía que compartir mis alegrías. He encontrado a mi verdadero amor.
Bueno, empecemos con su problema más obvio: cuello invertido. Yo había leído que para trabajar bien el dorso y corregir eso era bueno el trabajo a la cuerda. Pero sin tener ni idea de riendas laterales y otros cachivaches de cuerda, decidí intentarlo solo con cabezada de cuadra, una cuerda y una tralla como ayuda (o el mismo extremo de la cuerda). Al principio incluso al paso iba invertido, al trote ni os cuento, y al galope se volcaba y le costaba salir (salía atropellado y se tropezaba varias veces). He trabajado a Altivo todos los días que he ido a verle (que han sido casi todos) a la cuerda. Y al principio parecía que no avanzábamos, pero estas cosas necesitan tiempo y paciencia. Poco a poco iba estirando el cuello y trabajando con el dorso al paso. Así nos tiramos un tiempo, casi dos meses. Y hace un par de días, me sorprendió estirando ligeramente el cuello durante unos segundos al trote, a intervalos. Le premié con la voz todas las veces que lo hizo. Cuando llegó el galope, solo la voz (siempre doy ordenes con voz a la cuerda) y un ligero gesto corporal y de la tralla, salió tranquilo y ordenado. Pero ayer fue un día espléndido en cuanto a su avance. Relajado y trabajando bien su cuello y dorso, al paso, trote y galope, que salió solo con la orden de voz. Estoy completamente orgullosa de mi niño, pero lo mejor viene después.
Ayer vinieron unos amigos de la familia a conocer a Altivo. Ellos tienen una hija con síndrome de Down que, por supuesto, quería montar, así que ensillé al caballo, y con una cabezada de cuadra lo llevé a la pista (la cuerda la dejé estilo collar atada a la cabezada para que la niña sintiese como que montaba de verdad. Después de un rato guiando al caballo con las manos, sentí como que podía confiar en él. Y fue como si nos conociésemos de toda la vida. Le solté y la niña, contentísima, gritaba que estaba montando sola, así que seguí con el plan. Como conectados mentalmente, Altivo me seguía en todo momento, y con unas señales visuales con mi mano, yo le guiaba, izquierda, derecha, parada, giro a pesar de que no lo había hecho nunca con él. Me seguía en todo momento y con paciencia conseguimos entre los dos que la niña pasara una de las mejores tardes de su vida (más tarde me ayudó a lavarlo y a "pintarle las pezuñas con pintura verde"). Estaba tan encantada que dijo que de mayor quería ser limpiadora de caballos, jeje. Más tarde monté también a su hermana mayor y después a mi hermano (menos tiempo). Luego aprovechando que ya estaba ensillado le puse la cabezada y trabajamos un poco los círculos y cambios de mano al paso (tengo que ir prácticamente desde el principio con mucha paciencia jeje). Luego un poco de trote con riendas holgadas, y ya le dejé en paz.
He de decir que mi niño ayer (y muchos otros días) se mereció todas las zanahorias del mundo, y más. Cuando pueda pondré algunas fotos nuevas de él. Siento todo el parrafazo, pero tenía que compartir mis alegrías. He encontrado a mi verdadero amor.