Es importante no regañar al caballo como tal si se equivoca, sobre todo al principio, porque esa ensalada de cambios no es otra cosa que el caballo intentándolo.
Podemos regañar a los caballos si no nos escuchan o no lo intentan, pero no por intentarlo o por equivocarse por intentarlo.
Yo por eso trato de recurrir a cosas que corrijan o impidan el error sin necesidad de tener que enfrentarte o insistir e insistir (que a veces no hay más remedio, pero intentemos no cabrear o extenuar al caballo primero).
Prefiero notar que va a cambiar, ponerlo en espalda a adentro (o solo colocar) hasta que se relaje, premiar y caer al paso que, p.e, usar ayudas más firmes.