
Todo en su medida y armoniosamente.
He tenido perros desde niño, he estado entre animales y nunca se me ocurriría domar una vaca para montarla, y hay gente a la que los he visto hacerlo, ni sobrepasar la barrera entre especies, y ví y conocí gente que congeniaba con diferentes excusas, pastores solitarios, o una apuesta con los amigos donde estaba en juego el machismo y una víctima propiciatoria: una burrita joven, etc.
Digan lo que digan los de toda la vida, nunca estuve por la labor: que si un perro me había mordido, debía atarlo y reventarlo a golpes para que aprenda, no pude jamás. Ni el collar altísimo del César Millán entre otras cosas porque actualmente tengo un Beagle y de pequeño ya tuve que optar por el arnés porque tiraba mucho y se podía romper o dañar la tráquea además tener conatos de ahogamiento y toser cuando se le ocurría ir con todo su ánimo y fuerzas hacia un trozo de comida en cualquier sitio.
Ni los "toques" a patadas mientras camina, solo gran paciencia cuando lo saco a caminar atado, repetir la órden hasta que la cumple, y felicitarlo, y cuando se hace el listo y cumple la orden sin aviso o se hace el desacatado para que le den la orden y así poder cumplirla para hacerse acreedor a recibir un premio, dejarle claro con actitudes, sin gritos, y sí con eso que dice el César Millán, con una gran tranquilidad, sin enojarte, sin enfados, sin ofuscación. Como que tengo todo el tiempo del mundo.
Al final caminamos 10 metros, y al día siguiente serán 5 o serán más de 10. Pero será cada día, cada vez, siempre la misma orden que ya se le explicó exactamente y comprendió. Ellos no son tontos, pero si se ponen nerviosos porque no saben qué se les pide, o porque hay un factor de distracción (el mío está entero y si hubo o hay una perra en celos por la zona, nada más que esa será su referencia), hasta que no llega una palabra clave, rotunda, no se plantean el freno o la duda.
Para eso también sirve un ruido especial con los labios, un silbido, etc. Aquí pueden ser útiles los pitos subsónicos, también los collares esos de descarga sonora, porque lo sorprenden y le hacen sintonizar o conectar a tierra.
Supongo que es una recreación del reflejo condicionado de Pavlov adaptado.
Ante algo que le llama su atención, depende lo que hagan ellos y luego reciben una felicitación, se los reconforta, se les da un premio, o vuelve a sonar esa molesta alerta o llamada de atención.
Al final con un Beagle, entero y cabezota ( que no he entrenado para cazar, sino que eso se lo he dejado en su propio temperamento sin desarrollar) he conseguido que si se aparta del sendero exclando un: NO, se frena, mira y antes de empezar a moverse otra vez, exclamando: AQUÍ, vuelve a mi lado.
Si cuando viene corriendo de lejos le digo: MUY BIEN, seguro que llega y se sienta esperando un premio.
Una pequeña llamada moviendo la correa como si fueran las riendas de un carro, es una llamada de atención. Sin golpes. Cuando era más pequeño, 1 año hasta los 2 años, de noche se me iba y lo perdía de vista y de control, una vez me cabreé por desesperación después de 3 horas sin encontrarlo, y cuando nos encontramos él iba asustado buscándome, y se me pasó toda la ofuscación, no hice como esas madres que le pegan a su hijo perdido cuando lo encuentran. Lo cogí en brazos y nos fuimos hacia el coche.
A mi esposa le sigue tironeando siempre, a mí solo cuando localiza algo comestible, le doy un tirón de la correa y lo controlo, y se va acostumbrando a caminar a mi lado. No soy entrenador, cuando era pequeño los perros campaban a sus anchas por el terreno, el patio y la terraza, no entraban en la casa, convivían con gatos, y aves de corral, no eran violentos con ninguno de la casa, y solo marcaban el territorio ante extraños, pero avisándonos a nosotros, luego olfateaban y se retiraban, no saltaban, no molestaban, y nadie los entrenaba. Creo que también las condiciones físicas del lugar condicionan mucho el aprendizaje y el entrenamiento.
Mi padre llegaba sobre las 6 de la tarde y los dejaba salir a la calle, salían corriendo como alma que lleva el diablo, al cabo de una hora mi padre daba unos silbidos y los 4 perros volvían y se dirigían cada uno a su plato para comer restos de del asado, huesos, etc. porque comían lo mismo que nosotros después de nosotros, uno de ellos mis padres lo tenían desde antes de nacer yo y murió cuando yo tenía 20 años. Nunca había visto animales comiendo pienso que no fueran las gallinas o las vacas en criaderos cerrados hasta que llegué aquí y todo es reducido, y obligatorio comer cosas de laboratorio. ¿Qué comerían los perros cuando nadie les ordenaba comer esos poco llamativos conitos, palitos o bolitas malolientes?
Otra cosa que debe ser temperamento según dices, es que si encuentra alguna deposición humana, se revuelca y embadurna en la misma antes de pasarle la lengua si es muy diarreica. Antes de volver hay que lavarlo para que no te deje el coche con un ambiente irrespirable. De eso nunca salió un programa ni del César, ni la inglesa de negro. Ni el español que intnta aprovechar la veta de entrenadores o susurradores de perros. Y como bien dices, algún susurro fuera de cámaras, seguro que habrá sido doloroso.
Como no tengo público, hago lo que siento y deseo, y los golpes graciosos no entran en mi reperterio, no utilizo al perro o al caballo para desfogar mis frustraciones.

Dariel