...Y el lobo desterrado
Que vagaba por los campos
Se ofreció que las ovejas
iba pues a examinar,
para elegir la más bella
y darle la oportunidad
de un idilio borrascoso,
con un renombrado lobo
pues tenía madriguera,
aunque no se acordó a dónde.
Y así dijo la ovejita... -Vaya, vaya.
Ya le salieron las mañas
a nuestro lobo de cuento,
Al canino mentiroso,
que llegó contando historias,
con la falta de memoria
que delata al boca floja,
Digo... que está perdido.
Ya le tengo entre mis garras,
y alcancé a verle la oreja,
al lobo que con piel de oveja
se ha colado hasta mi casa.
A lo que el engañabobos
contestó alzando una ceja.
-Me gustó cuando me dijo
de la oreja de la oveja...
¿o la oveja de la oreja
que se rascaría la ceja
que le picaba en su casa...?
¿Dijo algo de una oveja
que ya tenía entre sus garras?
¿Dijo que era usted un lobo
y que perdiera la esperanza?
No me acuerdo si me dijo
si era oveja negra o blanca,
si se cambió de rebaño
o sólo anda desbalagada;
si era cena o la comida,
o se tornara en comensal.