Hola a todos. Me llamo Jorge y hace unos meses adopté una yegua hispanoárabe de ocho años. La crisis condena a muchos caballos a acabar en el matadero por falta de recursos económicos de sus propietarios. Una casualidad quiso que Valentina, la que ahora es mi yegua, terminase en mis manos. Su propietaria no tuvo más remedio que devolverla temporalmente al que se la vendió, que por lo menos tenía un corral donde tenerla hasta encontrarle una salida digna.
Dicho sujeto, que por desgracia abunda, era un bestia tipo: para que se acostumbrase a la silla se la deje puesta dos dias. La dejaba atada a un árbol todo el día para que comiese hierba, ya que decía que el pienso la ponía nerviosa. Me la llevé en cuanto pude hacer un cercado en condiciones, donde por efecto dominó un compañero de trabajo, que siempre había querido un caballo, había rescatado uno que llevaba 4 años comiendo solo paja. pero eso es otra historia.
Por las palabras de la propietaria, entendí que no la habían montado mucho, ni que entendía de caballos. Me aconsejó que no la montase nadie inexperto y que, aunque era buena, tenía mucha chispa. El que la "cuidaba", me dijo que él la montaba sin problemas.
Primer problema: al llegar se hermanó con el otro caballo al acto. la querencia con él la estoy solucionando poco a poco, ya que al principio se ponía de manos con solo alejarla unos metros. Durante años había vivido con un perro con el que se tumbaba a dormir y jugaba a pilla pilla. El instinto no perdona y cuando vió al caballo se puso loca.
Segundo: nunca había sido herrada, aunque el herrador me dijo que se notaba que lo habían intentado. La primera vez costó casi una hora de coces y saltos. Le trabajé las patas con la idea que al volver el herrador me dijese que había hecho un buen trabajo y así fue.
Tercero: el primer día tardé casi una hora que me dejase subir. Problema resuelto.
Cuarto: Aquí es donde necesito más que nunca ideas. Me cuesta ponerle el bocado ( la boca esta bien y es un filete), pero aún con dificultades no tardo más de un minuto. Cuando subo para ponerle la testera levanta la cabeza y me pone el ojo en blanco. En esa zona, la de detrás de las orejas, tenía marcas de rozaduras y la brida que me dieron le hiba tan pequeña que la descarté el primer día, ya que no se podía bajar más y yo hubiese puesto mínimo dos agujeros por debajo. Puedo ser rápido para meterle las orejas, pero ella lo es más. He probado a insensibilizarle la zona con caricias, aunque en el prado, si no llevas cabezada en la mano se deja manosear sin problemas. A veces he tardado más de una hora en prepararla.
Una vez puesta es todo normal. No parece incomodarle nada y solo muestra problemas típicos de un caballo que no ha sido montado en mucho tiempo.
Para acabar decir que llevo ( aunque de manera intermitente) mas de doce años en el mundo del caballo, asi que no creo que sólo me esté tomando el pelo por novato.
Dicho sujeto, que por desgracia abunda, era un bestia tipo: para que se acostumbrase a la silla se la deje puesta dos dias. La dejaba atada a un árbol todo el día para que comiese hierba, ya que decía que el pienso la ponía nerviosa. Me la llevé en cuanto pude hacer un cercado en condiciones, donde por efecto dominó un compañero de trabajo, que siempre había querido un caballo, había rescatado uno que llevaba 4 años comiendo solo paja. pero eso es otra historia.
Por las palabras de la propietaria, entendí que no la habían montado mucho, ni que entendía de caballos. Me aconsejó que no la montase nadie inexperto y que, aunque era buena, tenía mucha chispa. El que la "cuidaba", me dijo que él la montaba sin problemas.
Primer problema: al llegar se hermanó con el otro caballo al acto. la querencia con él la estoy solucionando poco a poco, ya que al principio se ponía de manos con solo alejarla unos metros. Durante años había vivido con un perro con el que se tumbaba a dormir y jugaba a pilla pilla. El instinto no perdona y cuando vió al caballo se puso loca.
Segundo: nunca había sido herrada, aunque el herrador me dijo que se notaba que lo habían intentado. La primera vez costó casi una hora de coces y saltos. Le trabajé las patas con la idea que al volver el herrador me dijese que había hecho un buen trabajo y así fue.
Tercero: el primer día tardé casi una hora que me dejase subir. Problema resuelto.
Cuarto: Aquí es donde necesito más que nunca ideas. Me cuesta ponerle el bocado ( la boca esta bien y es un filete), pero aún con dificultades no tardo más de un minuto. Cuando subo para ponerle la testera levanta la cabeza y me pone el ojo en blanco. En esa zona, la de detrás de las orejas, tenía marcas de rozaduras y la brida que me dieron le hiba tan pequeña que la descarté el primer día, ya que no se podía bajar más y yo hubiese puesto mínimo dos agujeros por debajo. Puedo ser rápido para meterle las orejas, pero ella lo es más. He probado a insensibilizarle la zona con caricias, aunque en el prado, si no llevas cabezada en la mano se deja manosear sin problemas. A veces he tardado más de una hora en prepararla.
Una vez puesta es todo normal. No parece incomodarle nada y solo muestra problemas típicos de un caballo que no ha sido montado en mucho tiempo.
Para acabar decir que llevo ( aunque de manera intermitente) mas de doce años en el mundo del caballo, asi que no creo que sólo me esté tomando el pelo por novato.