Hola a todos.
Con este nuevo tema quiero señalar una realidad social de la que, creo, todos somos conscientes; y ha sido y es cada vez más, punto de mira de los amantes del caballo. Y es que se puede conducir a un caballo al abrevadero, pero no se le puede obligar a beber.
Esta fue la situación: Se organizaba una concentración ecuestre, a la que yo no había asistido nunca, no he ido a muchas romerías y celebraciones de este estilo. Esta ha nacido hace poco tiempo, pero la organización pone mucho empeño e ilusión. La verdad es, que el tema de organización está bastante bien llevado, hicieron espectáculos varios con buenos jinetes, buenos caballos, ofrecían muchas facilidades para los animales: cuadras portátiles, agua, paja...además de para los participantes y espectadores, fenomenal.
Por la mañana todo fue estupendo, pero llegó la hora de comer, que conlleva la fiesta, el cachondeo, el alcohol, el descontrol...y los problemas. He aquí la cuestión.
A eso de las 5 de la tarde, el personal ya había arrasado con todo el cargamento de rebujitos y vino disponible. He de aclarar que no estoy en contra de que la gente beba, y se lo pase bien, y disfrute, cada uno a su manera, pero siempre dentro de unos límites.
Llegó la hora de subirnos los aficionados, entre los que me incluyo, a los caballos, habían preparado una gincana, a la que muchas personas se apuntaron.
No recuerdo haber visto algo como aquello: caballos con los hijares heridos, espuelas ensangrentadas, caballos con la boca destrozada por la bestialidad de sus "jinetes", forzados, asustados, descontrolados, se echaban encima de la gente, dueños que no sabían controlarlos... y lo peor de todo: el patético orgullo de éstos, sintiéndose reyes en un trono el cual creían sometido, cuando realmente estaba sublevado, dentro de la nobleza incalculable que hace sensible al verdadero amante del caballo.
Afortunadamente no eran todos los jinetes, tampoco la mayoría, quienes alardeaban de este comportamiento; pero igual así me daba MIEDO pensar cómo una persona puede tener tan poca consideración para con un animal, SU animal; cómo tanta soberbia podía concentrarse tan valientemente, y cómo podemos consentir y fomentar situaciones como esta, ¿no se denuncia el maltrato animal?
¿No sería denunciado un señor que lleva a su perro con un collar de pinchos y arrastrándolo? ¿Por qué consentimos que se lleve a un caballo a espuelazos y de la manera más perjudicial para el animal? ¿Por qué dejamos que personas que no saben manejar a un caballo compren y lleven a los animales? ¿Qué clase de animal merece un trato como ese? Ni al propio animal que lo realiza (el dueño), debiéramos permitir que sufriera tal maltrato; no saben que “ soberbia a caballo fue, volvió descalza y a pie”.
Pero esta situación se produce en toda España, desafortunadamente. Sin apuntar muy lejos, se acerca una de las fechas más señaladas en el calendario ecuestre: El Rocío, camino de peregrinos que van a adorar a su virgen. En esta fiesta en la que los peregrinos van bien a caballo o bien andando, es típico la cervecita, el rebujito, el chato de vino, la bota, las copas… volvemos al mismo punto, y no quiero co eso decir, que el alcohol sea el único y más grave culpable, pero sí ayuda bastante a que los jinetes pretendan abusar de sus caballos. Teniendo en cuenta y valorando muy sinceramente el buen trato de muchos, afortunadamente la mayoría de los jinetes que sí se preocupan de sus cuadrúpedos; otras muchas personas llevan caballos que no saben montar, que se han pasado todo un año en un prado pastando y les fuerzan un camino de 7 días, por decir, que les revientan, se quedan cojos, les entran cólicos, los llevan deshidratados, hambrientos, sin cuidados, pero tanto a caballos como mulas y bueyes. En 2008 se encontraron, una vez acabado el Rocío: 28 ANIMALES MUERTOS, entre caballos y mulos; pero no se cuentan los animales que volvieron en pésimas condiciones, y los que murieron unos días después.
Y si este comportamiento fuera exclusivo de los aficionados a los que nadie les ha enseñado, o que son poco delicados por norma general, quizás podríamos asimilarlo de una manera más coherente aunque no por eso justificarlo y permitirlo; pero es que, en concursos de alto nivel, hay jinetes de salto que curten la grupa de su caballo a fustazos, que en los concursos de raid se somete a un sobreesfuerzo al animal, que se dopa a los caballos en doma para “disimular” una lesión; y estos son los jinetes que se creen el “modelo-ejemplo”.
¿Cómo puede ser, que en la sociedad de la que presumimos hoy en día, se sigan dando situaciones como esta, y se sigan permitiendo? Somos cómplices las personas que no actuamos contra ello, quienes no levantamos la mano para decir “basta”, las que mantenemos nuestra mirada impávida.
Afortunadamente, estos comportamientos aberrantes hacia los animales no se dan en el cien por cien de los casos, y he podido observar que las nuevas generaciones de jinetes y amazonas hacen por tener mayor cultura ecuestre y conocimiento animal, que probablemente son las generaciones mayores las que peor comportamiento tienen, seguramente debido a la ignorancia y educación. Pero no quiero generalizar en ningún término: hay de todo.
También es cierto que cada año, se va luchando por las “buenas costumbres”; además de luchar contra los derechos de los animales, ¡pero ojo!, fomentar los derechos de los animales no es exigir que tengan una vida como las personas; uno de sus principales derechos es no humanizarse. Aquí puede leerse la Declaración Universal de los Derechos Animales: http://www.relinchando.com/Temas%20Trat ... imales.htm
Os pido vuestra ayuda y opinión en este foro en el que nos encontramos aficionados y profesionales, interesándonos por ayudar a nuestro animal en la medida de lo posible, que sentimos la pasión de este animal, que luchamos porque cada día mejoren más las cosas y sea posible que los animales puedan vivir de una manera digna, ¿Cómo podría controlarse esta situación? ¿Debería todo dueño de caballo tomar clases y nociones básicas para poder llevar a su animal, obligatoriamente? ¿Debería de estar legislado un hecho como este en el que realmente se vulneran los derechos animales? ¿Cuál es la raíz del problema: la educación, la sensibilidad, las necesidades del animal, del jinete…?
Por último, aclaro que esta es una opinión personal, solo pretendo abrir los ojos y estimular la conciencia social para que no ocurran espectáculos como este, que se respete a los animales, y aprendamos a apreciar la nobleza del caballo desde el respeto y la admiración.
Un saludo desde Extremadura.
Con este nuevo tema quiero señalar una realidad social de la que, creo, todos somos conscientes; y ha sido y es cada vez más, punto de mira de los amantes del caballo. Y es que se puede conducir a un caballo al abrevadero, pero no se le puede obligar a beber.
Esta fue la situación: Se organizaba una concentración ecuestre, a la que yo no había asistido nunca, no he ido a muchas romerías y celebraciones de este estilo. Esta ha nacido hace poco tiempo, pero la organización pone mucho empeño e ilusión. La verdad es, que el tema de organización está bastante bien llevado, hicieron espectáculos varios con buenos jinetes, buenos caballos, ofrecían muchas facilidades para los animales: cuadras portátiles, agua, paja...además de para los participantes y espectadores, fenomenal.
Por la mañana todo fue estupendo, pero llegó la hora de comer, que conlleva la fiesta, el cachondeo, el alcohol, el descontrol...y los problemas. He aquí la cuestión.
A eso de las 5 de la tarde, el personal ya había arrasado con todo el cargamento de rebujitos y vino disponible. He de aclarar que no estoy en contra de que la gente beba, y se lo pase bien, y disfrute, cada uno a su manera, pero siempre dentro de unos límites.
Llegó la hora de subirnos los aficionados, entre los que me incluyo, a los caballos, habían preparado una gincana, a la que muchas personas se apuntaron.
No recuerdo haber visto algo como aquello: caballos con los hijares heridos, espuelas ensangrentadas, caballos con la boca destrozada por la bestialidad de sus "jinetes", forzados, asustados, descontrolados, se echaban encima de la gente, dueños que no sabían controlarlos... y lo peor de todo: el patético orgullo de éstos, sintiéndose reyes en un trono el cual creían sometido, cuando realmente estaba sublevado, dentro de la nobleza incalculable que hace sensible al verdadero amante del caballo.
Afortunadamente no eran todos los jinetes, tampoco la mayoría, quienes alardeaban de este comportamiento; pero igual así me daba MIEDO pensar cómo una persona puede tener tan poca consideración para con un animal, SU animal; cómo tanta soberbia podía concentrarse tan valientemente, y cómo podemos consentir y fomentar situaciones como esta, ¿no se denuncia el maltrato animal?
¿No sería denunciado un señor que lleva a su perro con un collar de pinchos y arrastrándolo? ¿Por qué consentimos que se lleve a un caballo a espuelazos y de la manera más perjudicial para el animal? ¿Por qué dejamos que personas que no saben manejar a un caballo compren y lleven a los animales? ¿Qué clase de animal merece un trato como ese? Ni al propio animal que lo realiza (el dueño), debiéramos permitir que sufriera tal maltrato; no saben que “ soberbia a caballo fue, volvió descalza y a pie”.
Pero esta situación se produce en toda España, desafortunadamente. Sin apuntar muy lejos, se acerca una de las fechas más señaladas en el calendario ecuestre: El Rocío, camino de peregrinos que van a adorar a su virgen. En esta fiesta en la que los peregrinos van bien a caballo o bien andando, es típico la cervecita, el rebujito, el chato de vino, la bota, las copas… volvemos al mismo punto, y no quiero co eso decir, que el alcohol sea el único y más grave culpable, pero sí ayuda bastante a que los jinetes pretendan abusar de sus caballos. Teniendo en cuenta y valorando muy sinceramente el buen trato de muchos, afortunadamente la mayoría de los jinetes que sí se preocupan de sus cuadrúpedos; otras muchas personas llevan caballos que no saben montar, que se han pasado todo un año en un prado pastando y les fuerzan un camino de 7 días, por decir, que les revientan, se quedan cojos, les entran cólicos, los llevan deshidratados, hambrientos, sin cuidados, pero tanto a caballos como mulas y bueyes. En 2008 se encontraron, una vez acabado el Rocío: 28 ANIMALES MUERTOS, entre caballos y mulos; pero no se cuentan los animales que volvieron en pésimas condiciones, y los que murieron unos días después.
Y si este comportamiento fuera exclusivo de los aficionados a los que nadie les ha enseñado, o que son poco delicados por norma general, quizás podríamos asimilarlo de una manera más coherente aunque no por eso justificarlo y permitirlo; pero es que, en concursos de alto nivel, hay jinetes de salto que curten la grupa de su caballo a fustazos, que en los concursos de raid se somete a un sobreesfuerzo al animal, que se dopa a los caballos en doma para “disimular” una lesión; y estos son los jinetes que se creen el “modelo-ejemplo”.
¿Cómo puede ser, que en la sociedad de la que presumimos hoy en día, se sigan dando situaciones como esta, y se sigan permitiendo? Somos cómplices las personas que no actuamos contra ello, quienes no levantamos la mano para decir “basta”, las que mantenemos nuestra mirada impávida.
Afortunadamente, estos comportamientos aberrantes hacia los animales no se dan en el cien por cien de los casos, y he podido observar que las nuevas generaciones de jinetes y amazonas hacen por tener mayor cultura ecuestre y conocimiento animal, que probablemente son las generaciones mayores las que peor comportamiento tienen, seguramente debido a la ignorancia y educación. Pero no quiero generalizar en ningún término: hay de todo.
También es cierto que cada año, se va luchando por las “buenas costumbres”; además de luchar contra los derechos de los animales, ¡pero ojo!, fomentar los derechos de los animales no es exigir que tengan una vida como las personas; uno de sus principales derechos es no humanizarse. Aquí puede leerse la Declaración Universal de los Derechos Animales: http://www.relinchando.com/Temas%20Trat ... imales.htm
Os pido vuestra ayuda y opinión en este foro en el que nos encontramos aficionados y profesionales, interesándonos por ayudar a nuestro animal en la medida de lo posible, que sentimos la pasión de este animal, que luchamos porque cada día mejoren más las cosas y sea posible que los animales puedan vivir de una manera digna, ¿Cómo podría controlarse esta situación? ¿Debería todo dueño de caballo tomar clases y nociones básicas para poder llevar a su animal, obligatoriamente? ¿Debería de estar legislado un hecho como este en el que realmente se vulneran los derechos animales? ¿Cuál es la raíz del problema: la educación, la sensibilidad, las necesidades del animal, del jinete…?
Por último, aclaro que esta es una opinión personal, solo pretendo abrir los ojos y estimular la conciencia social para que no ocurran espectáculos como este, que se respete a los animales, y aprendamos a apreciar la nobleza del caballo desde el respeto y la admiración.
Un saludo desde Extremadura.