EL MUNDO DEL CABALLO ES MUY SANO
Oh que sensaciooon !!!!!
sentir el retrote precipitado de sus cascos en el asfalto mientras el ruido de las discotecas y las aglomeraciones de los macarras farloperos en descapotables tuneados que se atacascan en el paseo marítimo imposible del sábado por la noche...
Golfas de poca monta salen de los garitos de moda-guiris buscando bronquilla y los vasos de cubatas crujen bajo las vídeas.
Que sensación estar borracho a punto de parecer una mesita de noche a caballo mientras se me hace eterno en la montura vaquera cuyo borreguito esta empapado de vodka, fino, cervezas, baba de caballo y olores de potingues del body shop que se ponen las brit-sluties esas que se suben cuando por fin decido echar pie a tierra para mear en un contenedor de esos donde los restaurantes y chiringuitos que hacen el agosto vierten los restos mortales de los pescados.
A esta hora ya pie a tierra alguien me invita a un whisky con cocacola postrero y sacando trucos de la incoordinacion de pronto me subo y recojo el vaso del techo de algun todoterreno ostentosillo de segunda mano de esos que usan los narcos o los deportistas de élite achicharrados... Casi me la pego del resbalón de los posteriores en la parte más lisa y mas pringosa del asfalto que pega a las aceras... y de fondo el zumbido de miles de equipos de sonido con otros tantos Dijeis tatuados y hasta las cejas de andar a salto de mata... Y es entonces cuando miro abajo, y en la cabeza del jaco me encuentro a una criatura rolliza,anglosajona y cuarentona, con el rimmel corrido y hablando con el caballo, haciendole caricias en la frente y usandolo de psicoanalista, y yo , casualmente, moreno y con patillas, me disfrazo por un momento de Curro Jiménez typical spanish, le doy p`atrás al caballo y salgo al paso entre los coches buenos de los moritos-hijos de papá que veranean arriba, las scooters de las niñatas que le han dicho a su madre que se quedaban a dormir en casa de la amiga, y el sempiterno camión de la basura.
Atrás queda la ciudad en la noche, y saliendo de ella, no se como aparezco en una cutrecuadra con un cutrebar donde ponen cafelitos con moscas y los domingos vienen extraterráneos a comer chuletas.
Oh que sensaciooon !!!!!
sentir el retrote precipitado de sus cascos en el asfalto mientras el ruido de las discotecas y las aglomeraciones de los macarras farloperos en descapotables tuneados que se atacascan en el paseo marítimo imposible del sábado por la noche...
Golfas de poca monta salen de los garitos de moda-guiris buscando bronquilla y los vasos de cubatas crujen bajo las vídeas.
Que sensación estar borracho a punto de parecer una mesita de noche a caballo mientras se me hace eterno en la montura vaquera cuyo borreguito esta empapado de vodka, fino, cervezas, baba de caballo y olores de potingues del body shop que se ponen las brit-sluties esas que se suben cuando por fin decido echar pie a tierra para mear en un contenedor de esos donde los restaurantes y chiringuitos que hacen el agosto vierten los restos mortales de los pescados.
A esta hora ya pie a tierra alguien me invita a un whisky con cocacola postrero y sacando trucos de la incoordinacion de pronto me subo y recojo el vaso del techo de algun todoterreno ostentosillo de segunda mano de esos que usan los narcos o los deportistas de élite achicharrados... Casi me la pego del resbalón de los posteriores en la parte más lisa y mas pringosa del asfalto que pega a las aceras... y de fondo el zumbido de miles de equipos de sonido con otros tantos Dijeis tatuados y hasta las cejas de andar a salto de mata... Y es entonces cuando miro abajo, y en la cabeza del jaco me encuentro a una criatura rolliza,anglosajona y cuarentona, con el rimmel corrido y hablando con el caballo, haciendole caricias en la frente y usandolo de psicoanalista, y yo , casualmente, moreno y con patillas, me disfrazo por un momento de Curro Jiménez typical spanish, le doy p`atrás al caballo y salgo al paso entre los coches buenos de los moritos-hijos de papá que veranean arriba, las scooters de las niñatas que le han dicho a su madre que se quedaban a dormir en casa de la amiga, y el sempiterno camión de la basura.
Atrás queda la ciudad en la noche, y saliendo de ella, no se como aparezco en una cutrecuadra con un cutrebar donde ponen cafelitos con moscas y los domingos vienen extraterráneos a comer chuletas.