Desde mi punto de vista existe la motivación por alcanzar el máximo grado de doma, y esto existe en algunos jinetes que no en todos.
Para ello hay que dedicar muchas horas de paciencia, escucha, observación, análisis de tu trabajo con el caballo, reacciones del mismo, evolución de su aprendizaje, etc.
Como bien dice Joaquín Olivera, no solo hay que cuidar el físico del caballo sino tambien el psíquico, no caer en la humillación tratando de obtener sumisión, hay que formar un equipo capitaneado pero no esclavizado, esto requiere gran conocimiento no solo general de los caballos, sino de tu propio caballo y su personalidad.
Verdad, nunca se alcanzará un grado perfecto en una actuación, pero sí en algunos ejercicios, cuando existe compenetración el público lo capta en seguida, cuando vemos armonía, seriedad, flexibilidad e incluso suavidad, naturalidad entonces nos estamos hacercando a esa utópica perfección.
Un saludo.