Yo tuve una cesión a medias con un centro ecuestre . Esto es que cuando yo acudiera a la hípica podía hacer uso del caballo , y cuando yo no estuviera , el caballo se usaba para clases de equitación .
Con este acuerdo ganan todas las partes implicadas .
El centro ecuestre tiene solventado el coste del caballo , pues entre el medio pupilaje que yo pagaba y las clases que se hacían con él , tenían unos ingresos bastante fijos .
El jinete que se queda esa media cesión , aprovecha el tiempo que emplea en ir a la hípica , pues lo mismo que está en pista o tomando una clase , si después le apetece pasear un poco con él , mientras no tenga una clase asignada a otro alumno , puedes hacerlo . Además , en mi caso , ese medio pupilaje me incluía dos clases de equitación al mes . Igualmente , siempre que vas al centro , puedes simplemente salir al campo o entrar en la pista a practicar ejercicios .
Tuve que comprar todo el equipo del caballo . Silla , sudaderos , bridas ... y los guardaba en un lugar reservado para mí en el guadarnés . O sea , el equipo que usaba antes ese caballo , solo lo usaban para las clases con otros alumnos , pero si lo montaba yo , tenía que ser con mi equipo . Supongo que estos acuerdos no son idénticos en todos los casos .
La experiencia me gustó .
Llegó un momento en que consideré comprar mi caballo , porque a fin de cuentas , es la misma responsabilidad y no daría lugar a posibles enfados si al caballo le pasaba algo o se lesionaba .
No hubiera tenido ningún inconveniente en compartir mi caballo . No era difícil encontrar jinetes con mejor nivel que yo . En general , he visto bastante seriedad en todos los caballistas que conocí .