He leído las interesantes experiencias de muchos de vosotros. Generalmente, aunque por fortuna no todo el tiempo, nos tira el caballo. Yo tengo uno jovencito pero que va respondiendo a las rutinas que no puedes distanciar mucho, al menos en el mío, potro de 4 años. Sin embargo en más de 100 salidas y entrenos no me ha hecho nada raro. Adquirí a un colega una española de 8-9 años y la probé antes y esas cosas. La vi potente pero controlabe. La tengo 15 días. Le he montado 4 veces un tiempo considerable, dado cuerda siempre, etc., y bien. Hasta hoy. Hoy la cogió mi hijo, la limpió, le dio currda, las rutinas. Me dijo
a, la veo nerviosa. Bueno, nerviosos son todos. No era por el celo, en fin. Me dijo mi hijo que me subiera yo primero. Vale, sin pensarlo lo hice y ya notamos baile al montarla. No le presté atención. Creía que podría controlarla bien. Así fue durante un rato. Buen paso, buen trote y me dije: -Ale, vamos! Entonces se arrancó. Al principio ese galope a más me gustó pero cuando le di orden de bajar la intensidad, leches! Se le fue la cabeza. Estábamos en una gran pista de arena en la calle. Todo el mundo a la espectativa. Aguanté el galope infernal y cometí el error de tocar el freno pues en ese momento empezó a hacer como los caballos de primera monta en los espectáculos country. Corría y brincaba y a mí nadie me había enseñado ese fregado. Estábamos a unos 30 m de la salida a la que iba disparada. Yo sabía que me iba a tirar así que decidí tirarme yo a la arena antes de salir a tierra y cantos. Me solté de los estribos y me tiré a la derecha para rodar y minimizar la caída. Así fue. Unos gospes pero nada importante sin embargo mi hijo, asustado me dijo que me pegué muy fuerte con la cabeza. En efecto, el casco se agrietó pero TAL VEZ ESO NO LO CONTROLÉ Y ME SALVÓ LA VIDA. Después de todo, la volví a coger y la sujeté con cabreo desde el principio. No se me movió. Conclusión. Doy gracias a que pude planesr en segundos cómo tirarme pero más gracias todavía al casco que ahora llevaré siempre.