Cuando sale al campo, mi yegua se asusta de todo antes le ocurría también en el picadero, la monta mi hija de 10 años. ¿ Qué debo hacer, intentar domarla o verderla ?
Gracias por adelantado.
Se me olvido decir que la compré hace 2 meses, la yegua tiene 8 años y con la anterior dueña, que ha sido la única, no se asustaba nunca incluso ha ido a romerias con niños, globos, coches, etc;
Inesrb,
Por lo pronto todos los comentarios van en el mismo sentido.
Siguiendo el lema de a jinete joven caballo viejo se infiere que a caballo viejo le viene bien cualquier montura. No es tan general la cosa. Cada animal se ha hecho su propia cosmovisión, no son más que seres vivos que les han cambiado su hábitat, sus compañías, y eso sin tomar en cuenta que son animales de manada que al domesticarlos los obligamos a tener compañeros que ellos no eligen.
Cabe tener cierto dominio y confianza para que si uno se encuentra con un caballo que no responde a las ayudas para hacer o ir donde uno pretende, tener el suficiente control y paciencia para convencerlo.
Primero hay que ganarse la confianza, y luego el respeto, que reconozca a quien le debe obediencia porque él la acepta, y porque esa persona demuestra su autoridad (ahora le dicen liderazgo). Esto se hace pié en tierra. No soy partidario de dar cuerda, pero cuando los caballos están acostumbrados de antes, esa costumbre, si uno domina una forma o técnica que la pueda eliminar, se puede dejar tranquilamente. El fondo de la cuestión es que el caballo, como he dicho en varias oportunidades, es una presa, y las presas tienden a huir, el ser humano es un depredador y mientra no dejemos de lado la característica autosuficiente y la prepotencia de las técnicas menos pedagógicas antiguas, no conseguiremos violentando, que un caballo nos entienda rápido y al comprendernos, nos obedezca.
Ejercicios de aproximación y contacto, con total paciencia y en silencio por parte de todos los demás, para intentar la conexión entre el caballo y el hombre, es mejor que no haya público comentando, ni observando si no lo hacen estrictamente en silencio.
Conseguir que el caballo dé las manos, las patas, que baje la cabeza, que la suba, que dé el cuello hasta tocarse, como cuando se rascac, por ambos lados, que cambie de mano ante una indicación, que desplace cuartos traseros, que camine detrás de uno, que se pare, que mantenga las distancias. Que acabados los ejercicios reciba una felicitación en forma de caricias o un caramelo de zanahoria o manzana.
Cuando al entrar al corral se gire y venga a uno, ya se tiene el 50% superado.
Ahora hay que saber manejar ese 50% para no perderlo con un grito, un golpe, o un susto.
Salir a caminar con el ramal para alejarlo del reducto que el caballo ha tomado como lo único conocido, seguro y que le brinda protección y alimento que es su cuadra. Los caballos en su vida natural vien en manadas, el que se queda solo es presa fácil de los depredadores, y estando solo, tarde o temprano sucumbirá. Que uno se integre a su lado con su respeto y su protección, porque una vez conseguido esto, son exclusivistas. No dejarían que otro caballo se te acerque porque tú le estás dando un premio, se interpondría!
Eso queire decir que tú eres suyo para él, y solo así él será tuyo para tí. Con la autoridad, se consigue, si hay más caballos compartiendo espacio, que se nos vea como a uno más en la manada, que nos hayan aceptado y que cuando requieras a uno de los integrantes, que te respeta, a partir de allí entienden que se trata de trabajar y se acabaron las tonterías. Acabarse las tonterías es que debe centrarse en lo que quieras que haga, o entregarse a tu cuidado.
Entregarse a tu cuidado significa que cuando se asusta y se para en seco, si al principio intentaba salir huyendo o buscaba una salida sin obedecer a las riendas o a las piernas, ahora al menos sentirá el influjo de su instinto, pero dominará el pánico y por lo tanto la reacción será diferente, y menos fulminante. El caballo se sentirá más seguro si sabemos darle la respuesta en el momento que la necesita.
Hacerlo sentir seguro al rodearlo como abrazándolo con nuestras piernas, completar el panorama con unas palabra que pueden ser una letra de canción, o una charla con un compañero de paseo, o hablarle como si respondiera y leyéramos lo que dice con cada uno de sus gestos.
Mi caballo acostumbrado a estar en cuadra, que lo sacaran por la mañana para entrenar, volver a comer y hacer la siesta y que lo saquen por la tarde para hacer ejercicios y salir en vanes para ir a diferentes competiciones de salto cogió lo que denominaron stress del caballo de deporte. No servía porque no ganaba, y no ganaba porque llegó al punto de negarse a saltar, y eso ponía en peligro a las personas. No sirven de nada los castigos, al final si no iba al matadero, se lo vendía más barato con toda la publicidad de su trayectoria, se lo capaba para que nadie más se beneficiara (así somos os seres humanos) y si tenía suerte alguien lo trataría bien aunque al principio no se dejara ni montar. Pasó a recuperación de la mano de una buena persona, que al final no podía soportar el peso económico, y me lo regaló a mí. Con todo lo que traía y de lo que no me había comentado nada, pero que lo fuí sabiendo al reconstruir su historia. Tenemos hoy en día algunas contradicciones, pero yo sé porque las tenemos y nos entendemos para solucionarlo sobre la marcha. Pero lo monto solo yo, y solo conmigo se viene caminando por el campo, solo o con otros caballos, sin cabezada de cuadra ni ramal. Me siento muy seguro aún cuando a veces un susto lo supera, como cuando nos cruzaron dos ciervos machos y no pudo soportar el miedo, i se giró para salir volando, botaba las cuatro patas, (quería irse y yo le decía que no, tenía miedo pero yo lo abrazaba y contenía), caminamos, no lo dejé emprender la carrera, giramos, hasta, y costó bastante, que suspiró y pudimos seguir, pero dando un rodeo, porque los ciervos habáin quedado en un nivel mas alto y él no sabía si eran depredadores o no, solo vió bichos desconocidos y con grandes cuernos.
Inesrb,
Por lo pronto todos los comentarios van en el mismo sentido.
Siguiendo el lema de a jinete joven caballo viejo se infiere que a caballo viejo le viene bien cualquier montura. No es tan general la cosa. Cada animal se ha hecho su propia cosmovisión, no son más que seres vivos que les han cambiado su hábitat, sus compañías, y eso sin tomar en cuenta que son animales de manada que al domesticarlos los obligamos a tener compañeros que ellos no eligen.
Cabe tener cierto dominio y confianza para que si uno se encuentra con un caballo que no responde a las ayudas para hacer o ir donde uno pretende, tener el suficiente control y paciencia para convencerlo.
Primero hay que ganarse la confianza, y luego el respeto, que reconozca a quien le debe obediencia porque él la acepta, y porque esa persona demuestra su autoridad (ahora le dicen liderazgo). Esto se hace pié en tierra. No soy partidario de dar cuerda, pero cuando los caballos están acostumbrados de antes, esa costumbre, si uno domina una forma o técnica que la pueda eliminar, se puede dejar tranquilamente. El fondo de la cuestión es que el caballo, como he dicho en varias oportunidades, es una presa, y las presas tienden a huir, el ser humano es un depredador y mientra no dejemos de lado la característica autosuficiente y la prepotencia de las técnicas menos pedagógicas antiguas, no conseguiremos violentando, que un caballo nos entienda rápido y al comprendernos, nos obedezca.
Ejercicios de aproximación y contacto, con total paciencia y en silencio por parte de todos los demás, para intentar la conexión entre el caballo y el hombre, es mejor que no haya público comentando, ni observando si no lo hacen estrictamente en silencio.
Conseguir que el caballo dé las manos, las patas, que baje la cabeza, que la suba, que dé el cuello hasta tocarse, como cuando se rascac, por ambos lados, que cambie de mano ante una indicación, que desplace cuartos traseros, que camine detrás de uno, que se pare, que mantenga las distancias. Que acabados los ejercicios reciba una felicitación en forma de caricias o un caramelo de zanahoria o manzana.
Cuando al entrar al corral se gire y venga a uno, ya se tiene el 50% superado.
Ahora hay que saber manejar ese 50% para no perderlo con un grito, un golpe, o un susto.
Salir a caminar con el ramal para alejarlo del reducto que el caballo ha tomado como lo único conocido, seguro y que le brinda protección y alimento que es su cuadra. Los caballos en su vida natural vien en manadas, el que se queda solo es presa fácil de los depredadores, y estando solo, tarde o temprano sucumbirá. Que uno se integre a su lado con su respeto y su protección, porque una vez conseguido esto, son exclusivistas. No dejarían que otro caballo se te acerque porque tú le estás dando un premio, se interpondría!
Eso queire decir que tú eres suyo para él, y solo así él será tuyo para tí. Con la autoridad, se consigue, si hay más caballos compartiendo espacio, que se nos vea como a uno más en la manada, que nos hayan aceptado y que cuando requieras a uno de los integrantes, que te respeta, a partir de allí entienden que se trata de trabajar y se acabaron las tonterías. Acabarse las tonterías es que debe centrarse en lo que quieras que haga, o entregarse a tu cuidado.
Entregarse a tu cuidado significa que cuando se asusta y se para en seco, si al principio intentaba salir huyendo o buscaba una salida sin obedecer a las riendas o a las piernas, ahora al menos sentirá el influjo de su instinto, pero dominará el pánico y por lo tanto la reacción será diferente, y menos fulminante. El caballo se sentirá más seguro si sabemos darle la respuesta en el momento que la necesita.
Hacerlo sentir seguro al rodearlo como abrazándolo con nuestras piernas, completar el panorama con unas palabra que pueden ser una letra de canción, o una charla con un compañero de paseo, o hablarle como si respondiera y leyéramos lo que dice con cada uno de sus gestos.
Mi caballo acostumbrado a estar en cuadra, que lo sacaran por la mañana para entrenar, volver a comer y hacer la siesta y que lo saquen por la tarde para hacer ejercicios y salir en vanes para ir a diferentes competiciones de salto cogió lo que denominaron stress del caballo de deporte. No servía porque no ganaba, y no ganaba porque llegó al punto de negarse a saltar, y eso ponía en peligro a las personas. No sirven de nada los castigos, al final si no iba al matadero, se lo vendía más barato con toda la publicidad de su trayectoria, se lo capaba para que nadie más se beneficiara (así somos os seres humanos) y si tenía suerte alguien lo trataría bien aunque al principio no se dejara ni montar. Pasó a recuperación de la mano de una buena persona, que al final no podía soportar el peso económico, y me lo regaló a mí. Con todo lo que traía y de lo que no me había comentado nada, pero que lo fuí sabiendo al reconstruir su historia. Tenemos hoy en día algunas contradicciones, pero yo sé porque las tenemos y nos entendemos para solucionarlo sobre la marcha. Pero lo monto solo yo, y solo conmigo se viene caminando por el campo, solo o con otros caballos, sin cabezada de cuadra ni ramal. Me siento muy seguro aún cuando a veces un susto lo supera, como cuando nos cruzaron dos ciervos machos y no pudo soportar el miedo, i se giró para salir volando, botaba las cuatro patas, (quería irse y yo le decía que no, tenía miedo pero yo lo abrazaba y contenía), caminamos, no lo dejé emprender la carrera, giramos, hasta, y costó bastante, que suspiró y pudimos seguir, pero dando un rodeo, porque los ciervos habáin quedado en un nivel mas alto y él no sabía si eran depredadores o no, solo vió bichos desconocidos y con grandes cuernos.
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