Doy fe de que disfruta; de que no está, es guapísimo; y de que yo quiero uno igual para domarlo a la vaquera, aunque esto ya se lo dije este verano, hartos de polvo los tres. Vi un potro PALANTE, a ratos muy relajado (ya sabeis el problema que tenía antes de caer en estas manos), y con un contacto muy bueno para el nivel que tenía: abajo y adelante ese cuello. Aprendí mucho viéndo este binomio, y espero que algo bueno mío se le quedase al jinete.