Hola te transcribo algo sobre el tema tratado en el cibercurso de chico ramirez (
http://www.chicoramirez.com), espero te sea de ayuda, puedes encontrar mas info en esa pagina.
No son muchos pero sí encuentro con frecuencia problemas al apretar la cincha y al montar.
Sería conveniente saber un poco más sobre el origen del problema, pues tenemos dos posibilidades:
1.- teme ser apretado demasiado y trata de impedirlo. Es posible que con anterioridad a que lo conocieras, se le apretaba repentina y bruscamente.
2.- ha aprendido a evitar la maniobra asumiendo la actitud que describes. Generalmente se dejan caer hasta el suelo.
Aunque con mucha similitud en su origen y manifestación, la diferencia sustancial entre los dos casos es que en el segundo se trata de una actitud aprendida y repetida con regularidad.
Los pronósticos son buenos, simplemente debes insensibilizar apropiadamente al caballo a la acción de apretar la cincha de la siguiente manera:
1.- Obviamente, primero establecer el liderazgo (ver cibercurso)
2.- colocar la silla y apretar apenas antes de que se provoque el problema. (es preferible resolver el problema con una silla que no tenga hebilla, sino que se apriete mediante "látigo" -pieza de piel que se enrolla con varias vueltas en la argolla de la silla y la de la cincha- típica en monturas mexicanas y algunas texanas). La razón es que no se requiere tirar de la correa hacia arriba y sostener hasta que entre el machuelo de la hebilla en el hueco de la correa. Además, cualquier acción de resistencia del caballo evita fácilmente que se le abroche la hebilla. En el caso de las sillas con látigo, este se puede apretar muy gradualmente en lugar de ir de tramo en tramo, como se localizan los huecos de la correa de una silla de tipo inglés. Además, al ajustar el látigo, se queda así sin que el caballo lo pueda impedir. Esta característica tiene también un inconveniente y que es el que habitualmente produce este mismo problema que queremos resolver: que el manejador tira bruscamente del látigo y salta hacia atrás antes que el caballo haga cualquier movimiento de resistencia. El caso se agrava porque cada vuelta del látigo en las argollas reduce la fuerza a la mitad y se puede apretar muy fácil hasta tensiones realmente incómodas y peligrosas para el caballo. Menciono esto para evitar estos errores. Espero no estarme enrollando mucho.
Así que se aprieta muy poco y se ramalea al caballo un poco. después de unos dos o tres minutos se aprieta un poquito más y se vuelve a ramalear. Se debe calcular llegar a la tensión necesaria después de por lo menos tres o cuatro pasos, dependiendo de la tolerancia del caballo. Las primeras veces debes ser muy gradual, después se le cinchará normalmente.
Si esto no funciona, me avisas para pasar al plan B.
El problema de que se mueva al montar, lo encuentras en el cibercurso.