delosbosques dijo:
Buenas. Estoy de acuerdo con lo que dice Redhorse e Iván, pero he interpretado el caso de Brui como un problema que tiene contando con que el potro suele trabajar y/o salir con frecuencia.
Las soluciones que ambos aportáis son las lógicas y naturales, pero como antes he mencionado he pensado que este no era un caso de dicha naturaleza. En las cuadras donde tengo al mío hay uno de seis años y medio, con un alto nivel de doma, que trabaja bastante a la semana, y posterior a una jornada de equitación, ya sea en pista, paseando por el campo durante horas, etc... al entrar el la cuadra y soltarlo muestra siempre una actitud de un caballo que parece que lleva una semana sin salir de allí, y lo ha hecho desde que lo conozco, es decir con seis meses que lo trajimos.
Es su condión, no su falta de atención.
Saludos a tod@s.
Puede ..., en estas cosas no existe el método perfecto e infalible, es cuestión de ir intentando y sobre todo es muy difícil también aconsejar sin haber visto la actitud del caballo en vivo y en directo y sin haber visto tampoco que es lo que hace el animal durante el día ya que la explicación de su comportamiento tampoco es muy amplia.
Si partimos de la premisa de que el caballo sí trabaja, aún nos quedan dos pendientes y éstas son:
- Contacto real y confianza con el hombre
- Momentos de esparcimiento
Sé que para muchos suena a tontería lo de la confianza con el hombre y mucho más lo del esparcimiento, que el caballo es un animal que se saca de la cuadra, se lo trabaja, se lo baña y arregla, se le echa de comer y se lo mantiene en perfectas condiciones y ya (ojo!!! que no me refiero a nadie en particular, simplemente estoy ejemplificando, no sea cuestión) y muchos caballos funcionan bien así sin ofrecer demasiadas dificultades al trato. Sin embargo otros requieren otras condiciones para poder dulcificar su caracter y hacer la vida de todos mejor y más sencillas.
En el caso del contacto y confianza con el hombre esto hará que se relaje en todos los momentos en que tengamos que tratar con él ya sea meterlo en una cuadra, un van, una inyección, herrarlo, mirarle la boca, lo que sea. Confianza de la mano de la disciplina, tú llegas hasta aquí y ya, siempre, pero con buen rollo, ya sabes. Si el caballo no puede estar en la cuadra porque embiste y se le reprende de una u otra manera, enseñarle será más sencillo si confía en tí, es más, creo que si confía mucho en tí y logras crear un verdadero "lazo" no embiste.
Luego, los momentos de esparcimiento también son necesarios. El caballo sale cuando trabaja, algunos disfrutan trabajando y otros no, otros disfrutan en ocasiones y en ocasiones no ... Pero como animal que es (nosotros también lo necesitamos) necesita cierto espacio que obviamente no tiene al estar encerrado en cuatro paredes, espacio para correr, curiosear, olfatear, oir cosas nuevas, ver, descargar la energía de una manera diferente, porque no es igual cuando vamos a una clase de aeróbic que cuando movemos nuestro cuerpo en libertad, la energía que se descarga es distinta y las hormonas que nos afectan también.
Hay caballos que necesitan esto más y otros menos, algunos parece como si ni siquiera lo necesitaran, son los que yo llamo caballos de invernadero, que al contrario parece que siempre quisieran estar dentro y hacer lo justo y preciso.
En mi casa tengo un caso, la loca hispanoárabe que tiene el corazón más caliente que una tea llenas de brasas al rojo vivo, ella necesita contacto y mucho, si se lo das todo va bien pero sino ... chungo chungo ..., es una niña apasionada y llena de energía, necesita descargarla todo el tiempo pero no es el trabajo lo que la conforma (salvo paseos), ella tiene que "ser caballo" con todo lo que esto implica. Y ahora que me acuerdo..., me viene a la cabeza un recuerdo de cuando tenía apenas año y medio, resulta que estaba yo en el corral que es bastante grande echándole de comer a un pato que vivía allí con ellas (no preguntéis por qué

), ellas ya habían comido pero la potra vió que el pato recibía comida diferente a la suya y comenzó a seguirme para que le diera, finalmente se dió por vencida ante mi negativa pero al rato y cuando le dí la espalda vino y me embistió por detrás en la espalda (me hizo volar unos pocos de metros ... aún siendo ella pequeña). Lo hizo por venganza y resentimiento la muy cabrona. Teníamos confianza, ya se ve, la regañé bastante, fue comprendiendo las pautas y hoy en día puedo aparecer yo para echar de comer al pato, al loro, al gato y a quien sea que no ha vuelto a hacerlo, si eso simplemente se ofende un poco a veces y me niega la cara.
Es cuestión de intentarlo, pero como he dicho antes, en estas cosas nunca se sabe a ciencia cierta.