Apenas acabo de volver a empezar a montar y ya me voy "acordando" de lo durillo que es esto. Me gustaría saber vuestras opiniones sobre un caballo que estoy montando ahora y mi actitud respecto a él:
Es un caballo muy grande, pesado y lento. Para que ande, trote y galope tienes que ir empujando con las piernas a cada tranco para que no se pare. Hasta ahí bien. El problema es que además está continuamente probándote para ver hasta donde eres capaz de apretar: Si nota que estás insegura empieza a pararse o hacer quiebros. Esto lo hace con todo el mundo. Hace cosa de un año lo estuve montando una temporada y me iba muy bien, tenía que empujarlo para mantener un ritmo vivo, pero lo hacía todo a la primera. Después empezó a cambiar y poco a poco volvió a ser otra vez el mismo. Una tarde lo estuve montando sola en la pista. Lo había hecho antes algunas veces y me había ido bien, pero esa tarde no había manera de ponerlo al trote. Cambié de mano, probé a trotarlo en dirección a las cuadras, piernas, fusta, yo que sé... Al fin, cuando se arrancó, se puso a galopar como un loco, haciendo quiebros y parándose de repente en la puerta de la pista. Volví a empezar, un poco de paso, pedir trote, y repetición de la historia. Estuvimos así como una hora, al final trotó pero creo que era porque ya no le quedaba aliento para galopar. Ese día me fui a casa exhausta y muy triste, porque me dí cuenta que hubo momentos que estaba furiosa con el caballo y no sé que hubiera podido llegar a hacer para que me obedeciera. Después de aquel día ya no quise montarlo más, hasta ayer que lo cogí para empezar de nuevo. Como sólo voy a montarlo al paso creía que no me daría problemas, pero hoy al quedarme sola en la pista ha vuelto a empezar a pararse, hacer quiebros y marcha atrás. Yo le he insistido con las piernas, que ahora no son lo que eran, y le he dado algún fustazo. Le he corregido las veces que me lo ha hecho pero no me sentía capaz de volver a pasar por la misma situación y después de una media hora lo he dejado.
Y yo me pregunto: ¿Hice bien aquel día en insistirle para que trotara, o tenía que haberlo dejado por imposible y haber esperado a otro día? ¿He hecho bien en dejarlo hoy, o tenía que haber insistido como aquella tarde? ¿Hay algo que pueda hacer para me vaya mejor? ¿Y servirá de algo lo que yo haga si luego otras personas lo van a montar de forma diferente?
Es un caballo muy grande, pesado y lento. Para que ande, trote y galope tienes que ir empujando con las piernas a cada tranco para que no se pare. Hasta ahí bien. El problema es que además está continuamente probándote para ver hasta donde eres capaz de apretar: Si nota que estás insegura empieza a pararse o hacer quiebros. Esto lo hace con todo el mundo. Hace cosa de un año lo estuve montando una temporada y me iba muy bien, tenía que empujarlo para mantener un ritmo vivo, pero lo hacía todo a la primera. Después empezó a cambiar y poco a poco volvió a ser otra vez el mismo. Una tarde lo estuve montando sola en la pista. Lo había hecho antes algunas veces y me había ido bien, pero esa tarde no había manera de ponerlo al trote. Cambié de mano, probé a trotarlo en dirección a las cuadras, piernas, fusta, yo que sé... Al fin, cuando se arrancó, se puso a galopar como un loco, haciendo quiebros y parándose de repente en la puerta de la pista. Volví a empezar, un poco de paso, pedir trote, y repetición de la historia. Estuvimos así como una hora, al final trotó pero creo que era porque ya no le quedaba aliento para galopar. Ese día me fui a casa exhausta y muy triste, porque me dí cuenta que hubo momentos que estaba furiosa con el caballo y no sé que hubiera podido llegar a hacer para que me obedeciera. Después de aquel día ya no quise montarlo más, hasta ayer que lo cogí para empezar de nuevo. Como sólo voy a montarlo al paso creía que no me daría problemas, pero hoy al quedarme sola en la pista ha vuelto a empezar a pararse, hacer quiebros y marcha atrás. Yo le he insistido con las piernas, que ahora no son lo que eran, y le he dado algún fustazo. Le he corregido las veces que me lo ha hecho pero no me sentía capaz de volver a pasar por la misma situación y después de una media hora lo he dejado.
Y yo me pregunto: ¿Hice bien aquel día en insistirle para que trotara, o tenía que haberlo dejado por imposible y haber esperado a otro día? ¿He hecho bien en dejarlo hoy, o tenía que haber insistido como aquella tarde? ¿Hay algo que pueda hacer para me vaya mejor? ¿Y servirá de algo lo que yo haga si luego otras personas lo van a montar de forma diferente?