Estoy de acuerdo con la paulatinidad de Aura. Yo, personalmente, pie a tierra y con una cuerda de dar cuerda (si vas por exteriores nunca lo lleves con el ramal que usas para atarlo y prepararlo), en el propio camino que entra a la hípica (o a tu casa) aparca tu coche (apartado) y deja que el caballo lo olfatee, se acerque, se relacione con él. Después, pide a algún amigo tuyo que lo conduzca despacio por ese camino mientras tú llevas al caballo del diestro, y que el coche le pase tanto de frente, como por detrás. Poco a poco aumentad la velocidad hasta que lleguéis a la normal. Si el caballo opone resistencias en alguna parte, parad y volved al nivel en el que no se asustaba. Saludos.