Lo cuento para que nos demos cuenta de las consecuencias que puede tener no pararnos a pensar en la forma de actuar de estos bichejos. Actuamos como el depredador que llevamos dentro y les obligamos a estallar.
Viernes, nueve de la noche. En la pista grande de arriba de la hípica que está al lado de la carretera, un propietario pone a su bonito PSI a saltar en " libertad ". Le coloca los saltos de tal forma, que si le azuza, se ve obligado a saltar. Pero el caballo después de un par de saltos, se para a comer, y el vuelve a azuzarle. Así unas cuantas veces hasta que el caballo decide que puestos a saltar, va a saltar también la valla de la pista, que al fin y al cabo tiene la misma altura que los saltos, para huir de la presión a la que se le está sometiendo.
Y una vez fuera, enfila el camino de la cuadra.....Pero la puerta que separa las cuadras y los prados de la parte cercana a la carretera, precisamente para que si los caballos se escapan no se vayan a la carretera, está cerrada.....Y sólo siente que tras él corre un montón de gente gritando como loca - conscientes de que el camino hacia la carretera está libre - Así que decide huir por el único sitio que puede : la carretera.
Gracias a Dios, o a San Antón que quizá andaba por allí, milagrosamente no pasó nada. Creo que cuando el caballo salió galopando por la carretera debió ser el único momento en el que en ninguno de los dos sentidos pasaba ningún coche. Precisamente viernes y domingo esa carretera tiene un gran volumen de tráfico porque va mucha gente a la zona a pasar el fin de semana. Y los coches no van despacito precisamente, deben ir a 100, pero hay algunos que superan los 140.
El caballo apareció por la parte de abajo, intacto y asustado. Imagino que encontró el camino a través de alguna finca sin vallar.
Yo me fuí a casa con un mal cuerpo de la leche, con temblor de piernas y preguntándome cómo fue posible que no pasase nada.
Besos. Mayca.
Viernes, nueve de la noche. En la pista grande de arriba de la hípica que está al lado de la carretera, un propietario pone a su bonito PSI a saltar en " libertad ". Le coloca los saltos de tal forma, que si le azuza, se ve obligado a saltar. Pero el caballo después de un par de saltos, se para a comer, y el vuelve a azuzarle. Así unas cuantas veces hasta que el caballo decide que puestos a saltar, va a saltar también la valla de la pista, que al fin y al cabo tiene la misma altura que los saltos, para huir de la presión a la que se le está sometiendo.
Y una vez fuera, enfila el camino de la cuadra.....Pero la puerta que separa las cuadras y los prados de la parte cercana a la carretera, precisamente para que si los caballos se escapan no se vayan a la carretera, está cerrada.....Y sólo siente que tras él corre un montón de gente gritando como loca - conscientes de que el camino hacia la carretera está libre - Así que decide huir por el único sitio que puede : la carretera.
Gracias a Dios, o a San Antón que quizá andaba por allí, milagrosamente no pasó nada. Creo que cuando el caballo salió galopando por la carretera debió ser el único momento en el que en ninguno de los dos sentidos pasaba ningún coche. Precisamente viernes y domingo esa carretera tiene un gran volumen de tráfico porque va mucha gente a la zona a pasar el fin de semana. Y los coches no van despacito precisamente, deben ir a 100, pero hay algunos que superan los 140.
El caballo apareció por la parte de abajo, intacto y asustado. Imagino que encontró el camino a través de alguna finca sin vallar.
Yo me fuí a casa con un mal cuerpo de la leche, con temblor de piernas y preguntándome cómo fue posible que no pasase nada.
Besos. Mayca.