Por su extraordinario interés y aportación a nuestra querida afición, me permito reproducir el artículo que Joaquín Olivera escribiera en su día sobre este imprescindible concepto.
¡ QUÉ ES LA PUESTA EN MANO?
No cabe duda que ya los aficionados empiezan a manejar frases y vocablos que casi siempre oyen u otras veces utilizan a la ligera, sin más entendimiento que el de un mero espectador que dictamina entre tertulia y golpe de vista para decir:¿ Has visto qué fijo está el caballo? “ No mueve la cara pa ná”. Son expresiones que al igual que me pasó un día viendo un concurso junto a un jinete (dice él experto), hablando de la calma o de la cadencia, éste me dijo refiriéndose a éste último concepto, “Este caballo tiene mucha decadencia...” Sin duda un “palabro” que había escuchado y tenía ganas de soltarlo, sin reparar ni en lo más mínimo en el significado que éste tiene en equitación.
Cuando un caballo ofrece resistencia en un apoyo y no se incurva correctamente, lo sabe ver casi todo el mundo. Cuando deja un pié en los cambios, también. Cuando retrocede un pié en las medias vueltas, por supuesto que lo ven todos. Cuando deja un pié en las batidas de piruetas directas ó inversas, por supuesto que no se escapa del análisis de los críticos. ¿ pero de la rectitud, flexibilidad, obediencia, bajada de grupa y puesta en mano, qué me dicen ustedes?. Eso ya no se ve con un golpe de vista entre copa y copa, esos conceptos hay que estar acostumbrado a manejarlos y saber que hay que anteponerlos a los ejercicios en sí. Que dichos ejercicios nunca serán brillantes si no van acompañados por ellos.
No quiero quitarle a los aficionados la soberanía de aplaudir lo que les guste, ni mucho menos, pero sí quisiera decir a jinetes aficionados, que no se dejen llevar por aplausos que en la mayoría de los casos son simplemente paisanajes o falta de entendimiento en la materia, que en ningún momento influirán en los jueces. Referente a esto tengo una anécdota que viene al caso. Era el año 1976, yo participaba con mi yegua “Centenaria” en Pineda, Campeonato de España. Yo era un joven jinete que solo copiaba lo que veía de los demás y añadía algo de mi repertorio. El Presidente del Jurado era D. Rafael Jurado Castillo. Cuando yo cambiaba al tranco el público más aplaudía y yo más cambiaba y el público: ¡ ole, ole y ole...! De momento Rafael me hizo parar la actuación y repetir el ejercicio (que en aquella fecha el Presidente del Jurado estaba autorizado a realizarlo) para hacerle ver al público que mi yegua no cambiaba los pies. Yo no sabía que los caballos tenían que cambiar los pies, pero el público tampoco...
Hay otros conceptos, como he dicho antes, más difíciles de apreciar y uno de ellos es la puesta en mano.
Este concepto, tan importante en equitación, es en la mayoría de los casos tratado con indiferencia cuando no con superficialidad, por parte de los jinetes y de los espectadores.
La verdadera puesta en mano, la correcta, es el reflejo de la impulsión contenida, del equilibrio, la reunión, la calma y la flexibilidad. ¡ ahí es nada...!
Así pues, en doma, un caballo sin equilibrio será, generalmente, pesado en la mano. Uno sin impulso, no tendrá buen contacto en la mano. Uno rígido, será tirante en la mano y así sucesivamente... siendo la correcta puesta en mano, un reflejo del buen funcionamiento de todo el esqueleto del caballo y lo que es igual de importante, del equilibrio moral de éste. De igual manera, la buena puesta en mano, favorece a todas ellas mejorando la colocación de cuello y cabeza que beneficiará al equilibrio y la reunión.
Muchos piensan que un caballo con su cuello bien colocado, bien puesta su cabeza, sin hachazos ni picotazos, es suficiente. Pues se equivocan. Otros, que con la posición detrás de la vertical excesivamente, rozando la humillación, también están equivocados, y otros en la vertical y con el cuello apretado contra el tronco, también están en el error.
La verdadera puesta en mano, y que no se nos olvide, es:
“La relajación de la mandíbula con la cabeza y cuello en la posición de recoger.”
Joaquín Olivera Peña
¡ QUÉ ES LA PUESTA EN MANO?
No cabe duda que ya los aficionados empiezan a manejar frases y vocablos que casi siempre oyen u otras veces utilizan a la ligera, sin más entendimiento que el de un mero espectador que dictamina entre tertulia y golpe de vista para decir:¿ Has visto qué fijo está el caballo? “ No mueve la cara pa ná”. Son expresiones que al igual que me pasó un día viendo un concurso junto a un jinete (dice él experto), hablando de la calma o de la cadencia, éste me dijo refiriéndose a éste último concepto, “Este caballo tiene mucha decadencia...” Sin duda un “palabro” que había escuchado y tenía ganas de soltarlo, sin reparar ni en lo más mínimo en el significado que éste tiene en equitación.
Cuando un caballo ofrece resistencia en un apoyo y no se incurva correctamente, lo sabe ver casi todo el mundo. Cuando deja un pié en los cambios, también. Cuando retrocede un pié en las medias vueltas, por supuesto que lo ven todos. Cuando deja un pié en las batidas de piruetas directas ó inversas, por supuesto que no se escapa del análisis de los críticos. ¿ pero de la rectitud, flexibilidad, obediencia, bajada de grupa y puesta en mano, qué me dicen ustedes?. Eso ya no se ve con un golpe de vista entre copa y copa, esos conceptos hay que estar acostumbrado a manejarlos y saber que hay que anteponerlos a los ejercicios en sí. Que dichos ejercicios nunca serán brillantes si no van acompañados por ellos.
No quiero quitarle a los aficionados la soberanía de aplaudir lo que les guste, ni mucho menos, pero sí quisiera decir a jinetes aficionados, que no se dejen llevar por aplausos que en la mayoría de los casos son simplemente paisanajes o falta de entendimiento en la materia, que en ningún momento influirán en los jueces. Referente a esto tengo una anécdota que viene al caso. Era el año 1976, yo participaba con mi yegua “Centenaria” en Pineda, Campeonato de España. Yo era un joven jinete que solo copiaba lo que veía de los demás y añadía algo de mi repertorio. El Presidente del Jurado era D. Rafael Jurado Castillo. Cuando yo cambiaba al tranco el público más aplaudía y yo más cambiaba y el público: ¡ ole, ole y ole...! De momento Rafael me hizo parar la actuación y repetir el ejercicio (que en aquella fecha el Presidente del Jurado estaba autorizado a realizarlo) para hacerle ver al público que mi yegua no cambiaba los pies. Yo no sabía que los caballos tenían que cambiar los pies, pero el público tampoco...
Hay otros conceptos, como he dicho antes, más difíciles de apreciar y uno de ellos es la puesta en mano.
Este concepto, tan importante en equitación, es en la mayoría de los casos tratado con indiferencia cuando no con superficialidad, por parte de los jinetes y de los espectadores.
La verdadera puesta en mano, la correcta, es el reflejo de la impulsión contenida, del equilibrio, la reunión, la calma y la flexibilidad. ¡ ahí es nada...!
Así pues, en doma, un caballo sin equilibrio será, generalmente, pesado en la mano. Uno sin impulso, no tendrá buen contacto en la mano. Uno rígido, será tirante en la mano y así sucesivamente... siendo la correcta puesta en mano, un reflejo del buen funcionamiento de todo el esqueleto del caballo y lo que es igual de importante, del equilibrio moral de éste. De igual manera, la buena puesta en mano, favorece a todas ellas mejorando la colocación de cuello y cabeza que beneficiará al equilibrio y la reunión.
Muchos piensan que un caballo con su cuello bien colocado, bien puesta su cabeza, sin hachazos ni picotazos, es suficiente. Pues se equivocan. Otros, que con la posición detrás de la vertical excesivamente, rozando la humillación, también están equivocados, y otros en la vertical y con el cuello apretado contra el tronco, también están en el error.
La verdadera puesta en mano, y que no se nos olvide, es:
“La relajación de la mandíbula con la cabeza y cuello en la posición de recoger.”
Joaquín Olivera Peña
