Albi, a mi me lo enseñó el profesor que me enseñó a no caerme del caballo, el que me puso a montar a pelo de muy pequeña y me preparó tanto hasta que me hizo lo que le llamaba el "bautizo"...suena béstia, pero de los que él bautizó (que creía que estaban preparados para tal) ninguno se fue al suelo durante el "ritual".
El ritual del Bautizo, consistía en lo siguiente: (no lo hagan, por favor)
Un picadero redondo de unos 25 metros de diámetro, con un vallado alto. Un caballo perfectamente puesto a su voz y casi a su pensamiento. Teníamos que montarlo de un salto a pelo sin cabezada ni nada. Ponía al caballo a galopar con la voz y nos decía: Prepárate porque voy a dar un silbido y el caballo parará y girará (por tu derecha o por tu izquierda) para empezar a galopar hacia el otro lado. Sólo nos podíamos agarrar a la crin con una mano y nos teníamos que preocupar de no hacernos daño en las rodillas pasando por el vallado, así que teníamos que levantar una rodilla o la otra si el caballo se acercaba mucho. Había que saber prevenir si el caballo daría media vuelta por dentro o por fuera (normalmente por fuera), así que, paraba bajando ligeramente la cabeza, metía los pies debajo, giraba y salía al galope hacia el otro lado. El profe controlaba la velocidad y la adaptaba conforme nos ibamos sintiendo seguros. Según su criterio, y ya a un galope bastante fuerte (para nosotros era tendido, pero claro, yo era pequeña, tendría 8,9 años...) nos decía al final: Ahora ya no sabrás cuando girará el caballo. Daré el silbido cuando me plazca y tu te las apañas...
Peligroso? No lo sé, pero no se cayó ninguno de los cinco o seis que hicimos la prueba, así de preparados estábamos... Risas, muchas, eso sí y no todos hacían este peculiar ritual.
Por favor, no lo practiquen con nadie, porque este señor nos preparaba tan bien que hoy en día habrá pocos que lo logren de esta manera...a no ser que sean un poco indios

y lo que cuento es sólo para decirte que fue él que me enseñó esta lección.
Hace muy poquito tiempo, fui a visitarlo en un intento de inspirarme en mis recuerdos, y me llevé a mi hija de 5 años a verlo. Tenía un pony chiquitito y puso a la niña encima a pelo. A los diez minutos de bromita, ya estaba la niña trotando con las manos detrás de la espalda. No sin unos sollozos de miedo primero, hasta que se le explicó que nadie a su alrededor dejaría que se hiciera daño y que no trotaría hasta que se sintiese bien. Jugando, entre que le preguntaba el nombre del pony a la niña y que cada vez que no se acordaba le hacía bajar y subir de nuevo (solita con un empujoncito sólo, hasta que a los diez minutos, subía casi sola, bajaba de un salto y estaba tan segura de que caerse no era tan grave, perdió el miedo y estaba trotando con las manos detrás de la espalda con una sonrisa de oreja a oreja y cantando una canción en portugues....)
Esto que hizo con mi hija durante diez minutos y nos hartamos todos de reír, lo hizo conmigo cuando era pequeña todos los días que montaba. El tamaño del caballo iba aumentando, la dificuldad era cada vez mayor y sin darme cuenta estaba saltando sin montura y con un vaso de agua en la mano intentando que no se me cayera el agua...y me decía siempre lo mismo, las manos las utilizamos para cuando nos caemos andando o corriendo. Encmia del caballo, si utilizamos las manos para mantener el equilibrio, tendremos una mala posición, mal equilibrio, mala comunicación con el caballo y mala base....Y me decía: Si quieres ir a algún lado y tienes que confiar en el caballo cómo lo harás si te cuelgas de su boca para no caerte? (Claro que montábamos con riendas y montura al campo y en las clases pero algunas clases eran así...parecían improvisadas...)
Estos aprendizajes iniciales, se me olvidaron durante unos años mientras me metían en la cabeza lo de riendas exteriores, colocaciones de cuello, pierna así y pierna asá, aunque nunca se me perdieron del todo, el lío mental sí se me hizo, la mano se vuelve siempre un poco más dura cuando empiezas a "cocinar" con la boca del caballo, hasta que te das cuenta que sin ella, el caballo ni se cae, y se dirige perfectamente...sobretodo, si en algunas épocas, te tocan diez caballos por montar todos los días, grandes, pequeños, rígidos, cojos de dorso, pesados, inexperientes, potros, diferentes razas y de todo un poco, una vuelve a su base, a lo que le enseñaron de más básico para encontrar un padrón y poder utilizarlo para todos sin destrozarse uno los brazos, las piernas y la espalda. Todos los caballos son diferentes, sí, pero todos tienen dos manos y dos pies y un dorso que hace la conexión y no necesitan de nuestra mano para aguantarse sólos y nosotros encima del caballo tampoco. Cualquier ansiedad que podamos sufrir a caballo, se disipa al aprender (o re-aprender) a montar sin manos. Para tal, es necesario un aprendizaje en ese sentido.
Castelblanque, gracias por tu consejo, la primera parte la tengo en dibujitos y explicaciones jiji. A ver si después lo puedo hacer también en vídeo (y que salgan con alguna calidad....) con algunos voluntarios que ya tengo y más que vengan
