Galopando en hormigón, la yegua ha mirado para adelante, ha visto un charco grande y ha hecho un quiebro para ver por dónde pasaba. En el quiebro ha patinado y nos hemos ido los dos al suelo. Es de las veces que el piñazo no se ve venir, cuando he querido darme cuenta estaba en el suelo, el golpe lo he dado con la cadera, el codo... y un cocorotazo tremendo con la cabeza, así en plan trallazo contra el suelo. De no llevar casco, ahora podría estar en el hospital, y no creo exagerar si digo que pudiera estar muy serio muy serio en... me callo. Llevo casco desde que me rompí la clavícula el pasado 3 de junio. Mientras no podía montar me mentalicé así un poco y me compré un casco al que le debo unas cervecitas por los servicios prestados. Tengo dolorida la cadera, pero la cabeza está igual de estropeada que siempre, por suerte no ha sufrido males mayores. Un abrazo a todos.