Pues yo lo sigo flipando en colores con todo lo que decís que veis en ese video, la verdá. Que si órdenes contradictorias, que si las riendas tal, que si la posición pascual, pero si hasta veis lo que hace la chica con la pierna izquierda en un video pequeño, borroso, grabao de lejos y en el que sólo se ve el costado derecho de la pobra moza! Voy a tener que comprarme unas gafa, de verdad...
Nakuru dijo:
Puede ser Yagudin, puede ser. Pero aun en ese caso, lo suyo es que no lo haga, no?
A ver, voy a soltar una charlaza que me andaba rondando por la cabeza a raíz de este y otros temas similares que están surgiendo en los últimos días y es que lo que me da la impresión es que hay un abismo entre lo que buscamos del caballo y consideramos importante entre los "concursistas" y "competicioneros" y los que no lo sois.
Y me temo que estoy en minoría aplastante, porque por aquí la mayoría de los que escribís sois domeros y camperos

A lo que voy es que creo que nuestras prioridades son muy distintas en lo que respecta a qué es esencial o incluso importante en el comportamiento de un caballo.
Los que utilizáis los caballos para trabajar en el campo, ir a romerías, cacerías, etc con toda lógica y razón buscáis caballos totalmente sometidos (en el buen sentido de la palabra) siempre que el jinete está encima, fiables, perfectamente domados, que no se arranquen con una desobediencia o un bote a destiempo que en un lugar como una feria, puede suponer una desgracia.
Los concursistas primamos el rendimiento deportivo. Esto no quiere decir que no sea importante que nuestros caballos estén bien domados, atentos a nosotros y sensibles a las ayudas. Pero si que si cuando le doy el primer galope un martes, después de un día sin salir, el bicho quiere pegarse dos o tres alegrías no pasa nada, le dejo que se desfogue antes de empezar el trabajo en serio, y si cuando se sale al campo quiere pegarse un bote sin malicia, de pura alegría, al salir a galopar, pues tampoco.
Yo a mis caballos les exijo que rindan en la pista, que es donde trabajan de verdad. Si salimos al campo es para que se relajen y se diviertan, así que riendas largas, cuello estiradito y a disfrutar. Por supuesto las más elementales normas de seguridad piden que el caballo esté lo bastante domado como para saber que no se va a ir de caña al salir al galope, ni se va a negar a pasar por un sitio que le parezca sospechoso, pero a partir de ahí, no pido más.