Los caballos cuando va de vuelta suelen se estar más activos y dispuestos. Da gusto, porque llevan un paso más franco y suelen ir atentos etc, no como cuando salen frios que a veces van vagos y distraidos. El problema es cuando esa disposición se convierte en que deciden tomar la iniciativa y trotar, galopar o hacer lo que les de la gana, siempre con el fin de llegar antes..
Creo que lo mejor es cambiar la rutina de la salida, si al llegar al mismo sitio, siempre deja de trabajar, se revuelca y le damos pienso... normal que tenga prisa por llegar y vuele..
Es facil con un poco de paciencia, le aguantas como puedas, sin calentarlo mucho, dejandolo ir más rápido si es necesario (lo importante es no abusar de la boca)hasta llegar, y... cuando llegue, sorpresa!!! menudo chasco! a dar vueltas por el prado, o en vez de parar ahí llevarlo un par de km más adelante y despues volver, o cuando llegas dar la vuelta otra vez para donde venias (puede oponer resistencia), pero te sales con la tuya, y despues a los cien metros de salir, te bajas (en el sentido de ida no de vuelta) y le aflojas la cincha...
En definitiva, marearlo para que no sepa cuando termina el trabajo, de esa forma no sabrá para donde tiene que acelerar porque a veces termina al ir , otras al venir, y en puntos diferentes, despues de un par de meses ya no hace ni falta porque se le quita la idea de la cabeza y aunque termine siempre en el mismo sitio ya no acelerará, y si lo hace pues un par de dias de mosqueo y se le cambia otra vez la idea.
El mio, había un cruce a cien metros de la llegada con un camino que no lleva a ninguna parte, es una ruta que muere a un par de km, pero es guapo y alguna vez que quería cogerlo se negaba, aceleraba un poco antes y tiraba para casa, peleando con él me salía con la mía, pero no me gustaba porque generaba tensión, hacía piruetas para volver, y no terminaba de aprender, entonces lo que hice es pelear un día y despues bajarme en el camino en cuestión (cuando ya se tranquilizaba) y aflojar la cincha, despues volvia caminando del ramal, en dos días se metía al camino como un tiro ( para terminar). Un día ibamos , otro no.. y nunca más dio problemas.