Para mi ha sido una de las tareas mas duras: conseguir que galopara ahí, conmigo, y no a su rollo, volcado en las espaldas, con la cabeza abajo y con contacto cero. En el resto de aires ibamos bien, pero galopar … ay galopar que suplicio.
¿Cómo lo estamos mejorando? IMPULSION y CONTACTO estan siendo las claves.
Creo que caemos en el error de pensar que en el galope la impulsión no es tan necesaria y pienso que es el aire que mas impulsión necesita, para ayudarlos a trabajar desde atrás. Esa impulsión no solo generada en las piernas, sino muy principalmente en el asiento, sentandonos bien en el caballo, pues esta postura de “cuesta abajo” no ayuda nada a empujar con el asiento, y lo olvidamos.
Respecto al contacto, cuando se instalan ahí abajo, es un tira y afloja constante, incomodo para los dos. Un caballo asÍ además no parará, y nos trincamos incoscientemente: cuaNto mas me trinco yo mas se trinca el, y mas abajo, y es una pescadilla que se muerde la cola. La salida a galope no la pido hasta tener sensación de un contacto lo mas bueno posible, y si en esa salida, lo empieza a perder, parada y vuelta a empezar. Y una vez en galope, “traernoslo” arriba con la rienda exterior en el momento del balanceo. No se me explicar, pero es como si cada vez que el sube su cabeza, lo acompañase con mis manos (exterior principalmente), no molestandolo sino ayudandolo, acompañándolo, y entonces se va recogiendo, y metiendo de atrás.
Es mi experiencia, y con ello estamos mejorando mucho el galope, y aunque ya se sabe que no hay dos iguales (por suerte

)espero que se entienda y sirva algo de ayuda.
Un saludo