Y al hilo de esto, me viene a la cabeza una pregunta que me hago cada día cuando voy a la hípica....
Veréis, hace como un año, llevaron allí un potrillo de 8 meses para pupilo...., pero el hombre pasó de él, dejó de pagar y desapareció.
El potro se quedó en la hípica. Desde entonces está suelto con un caballo adulto durante el día con el que juega, corre, se pone de manos y se mordisquea.....y por la noche duerme en cuadra.
Se deja tocar, coger manos y pies, cortar las crines y ramalea tan bien que no necesita ramal......sigue a su cuidador como un perrillo
Creo que su doma será fácil, porque está acostumbrado al hombre y no le será demasiado traumático que este le ponga cosas en la boca, en el lomo y se le suba encima.
Este verano llegó a la hípica una preciosidad de tres años y medio, alazán con unas largas crines pelirrojas que resplandecen con el sol.
El potro venía de estar suelto en el campo con otros caballos sin haber tenido nunca contacto con el ser humano.
Y después de tres años y medio así, pasa a estar encerrado en una cuadra tres por tres, de la que sólo sale para que le pongan cosas extrañas en la boca, y sobre el cuerpo , para que le hagan correr en círculos y para que un sujeto se le suba encima.......
Además el bicho tiene mucho caracter - tiene mezcla de árabe y portugués - y lo está llevando fatal....., él y el que lo está domando.
Y encima, el propietario tiene prisa, y su domador no está dispuesto a ir más rápido de lo que debe por las prisas del otro, asi que me da que el potro se irá a un sitio donde le domen rapidito, con serreta sin forrar y con un bocado portugués fuerte y seguramente haga volar al de las prisas, y, y, y........
Pos eso, que la pregunta que me hago es......., pensando en para lo que al final vamos a querer de ellos, que va ser montarlos....... ¿ cúal de las dos situaciones es al final más justa y menos traumática para los bichos ?
Besos. Mayca.