Ah, y se me olvidaba, la ventaja fundamental es que si al cabo de un tiempo ves que tener un caballo no es lo tuyo (por dinero, por tiempo, por ganas, o por lo que sea), pues dejas de tenerlo en fruto por alimento y ya está, mientras que si el caballo es tuyo, pues hay que buscarle otro propietario, entre otras cosas.
El inconveniente, que aunque el caballo parezca tuyo, en realidad no lo es, y siempre el centro tendrá la última palabra sobre lo que puedes hacer o no con el.