Pues una solución puede ser que cuando llegues y sin luchar para que no entre, en vez de quitarle la silla y meterlo en la cuadra lo dejes atado con todo puesto un rato para que vea que no es llegar y liberarse. Te aconsejo que no le dejes atado del bocado, ponle una cabezada de cuadra sobre la de montar y átale a ella o puede hacerse daño, lo digo porque he visto y veo gente que lo ata de la embocadura, algo que me parece una barbaridad ...
Otra opción es darle una vuelta pie a tierra, con todo puesto, por los alrededores.
Si tienes picadero entrar y trabajarle un rato en él.
Puedes hacerlo por separado una cada vez que montes, todo el mismo día, por ejemplo, trabajar un rato en el picadero, dejarlo atado otro rato y después un paseo pie a tierra o bien alternar las tres opciones, un día lo atas y después le das un paseo, otro día montas en picadero y lo deja un tiempo atado, según lo veas, pero siguiendo un orden de mayor a menor.
Ten paciencia, la querencia a la cuadra es complicada y lenta de eliminar, haciéndolo bien claro, es decir sin violencia y sin jugarte el tipo ... es curioso, en muchos casos desesperante, observar y/o sufrir como al cambiarles de cuadra rápidamente cogen querencia a la nueva.