Por circunstancias llevo unos días pensando en el tema de comprar/vender caballos, y la verdad es que para los que somos “nuevos” en este mundo, el tema es un asco.
Hace poco estuve cenando con una amiga que estuvo a punto de comprarse una yegua en mi club, pero cometió el error de comentar lo muchísimo que le gustaba y el precio de la yegua subió astronómicamente. Después por mucho menos dinero se compró en otro centro una potra a la que tuvo que acabar de echar hacia delante, y ahora que la quiere vender, su nuevo jefe/”amigo” se la compra por la mitad de lo que ella pagó, y casi como favor.
Después me entero del caso de un niño, que vendió su poni de salto, y sus padres estaban tan contentos porque les habían pagado 5 veces lo que les costó el poni de potro (el poni lo puso el niño), y después se enteran de que el comprador final pagó el doble de lo que a ellos les llegó, el resto se lo repartieron los “intermediarios”.
Todo esto me ronda la cabeza porque posiblemente en un futuro tendré otro caballo, y de repente han empezado a aparecer los caballos y las yeguas que son perfectos para mí. Una no quiere ser malpensada y desconfiar de las personas con las que tratas todos los días y con las que hasta ahora has tenido una relación de amistad muy buena, y que además son los expertos en el tema y los que supuestamente te han de asesorar bien para que no salgas escaldada. Pero después de visto lo visto, tampoco puedes dejar de pensar que la gente que se mueve en este mundo se mueve por la pela, y si bien no te van a aconsejar que te compres un penco, tampoco van a dejar de ganar unos durillos a tu costa si pueden, aunque el caballo/yegua que te “venden” no sea a lo mejor el más adecuado para ti en ese momento. ¿Y cómo lo vas a juzgar, si sospechas que los que te han de asesorar llevan parte en el asunto?
Lo dicho, un asco...
Hace poco estuve cenando con una amiga que estuvo a punto de comprarse una yegua en mi club, pero cometió el error de comentar lo muchísimo que le gustaba y el precio de la yegua subió astronómicamente. Después por mucho menos dinero se compró en otro centro una potra a la que tuvo que acabar de echar hacia delante, y ahora que la quiere vender, su nuevo jefe/”amigo” se la compra por la mitad de lo que ella pagó, y casi como favor.
Después me entero del caso de un niño, que vendió su poni de salto, y sus padres estaban tan contentos porque les habían pagado 5 veces lo que les costó el poni de potro (el poni lo puso el niño), y después se enteran de que el comprador final pagó el doble de lo que a ellos les llegó, el resto se lo repartieron los “intermediarios”.
Todo esto me ronda la cabeza porque posiblemente en un futuro tendré otro caballo, y de repente han empezado a aparecer los caballos y las yeguas que son perfectos para mí. Una no quiere ser malpensada y desconfiar de las personas con las que tratas todos los días y con las que hasta ahora has tenido una relación de amistad muy buena, y que además son los expertos en el tema y los que supuestamente te han de asesorar bien para que no salgas escaldada. Pero después de visto lo visto, tampoco puedes dejar de pensar que la gente que se mueve en este mundo se mueve por la pela, y si bien no te van a aconsejar que te compres un penco, tampoco van a dejar de ganar unos durillos a tu costa si pueden, aunque el caballo/yegua que te “venden” no sea a lo mejor el más adecuado para ti en ese momento. ¿Y cómo lo vas a juzgar, si sospechas que los que te han de asesorar llevan parte en el asunto?
Lo dicho, un asco...