También depende del caballo. Hay caballos que casi con cualquier filete van bien, y otros que tienen una boca "difícil" de acomodar. Al igual que hay personas que se pueden comprar los zapatos en los mercadillos y otros que necesitan un calzado muy específico.
Los filetes hechos de aleaciones especiales y con diseños ergonómicos, los que valen un riñón y parte del otro, suelen encajar muy bien a la mayoría de los caballos. Y aunque un filete no se desgasta ni se rompe nunca, mucha gente no está dispuesta a gastarse ese dinero. Tanto más cuando el caballo es nuevo y no sabes si le va a ajustar o no. Las imitaciones son eso, imitaciones, y más caras que un filete normal de acero inoxidable sin ninguna garantía de que ajuste mejor. El problema viene cuando tienes un caballo con una boca difícil, obviamente no puedes andar probando filetes a 100 euros cada uno. En estos casos lo mejor, si se tiene la oportunidad, es pedirlos prestados. Ojo, también hay que tener en cuenta que normalmente cualquier cambio de hierro hace que el caballo reaccione mejor durante un par de días. Esto se debe a que la boca está "acostumbrada" a una forma determinada de hierro, y al cambiarlo y actuar sobre nuevos puntos de presión el caballo lo respeta más. Durante un par de días. Si queremos saber si realmente le ajusta hay que probarlo durante al menos una semana.
Entre una mala imitación de un filete caro y uno de acero inoxidable de los de toda la vida, evidentemente la mejor opción es el de acero inoxidable. La imitación no es más que eso, una imitación que no tiene las ventajas del original y encima es bastante más caro que el partido o tres piezas de acero inoxidable.
Sobre las medidas: Un filete de anillas debería sobresalir aproximadamente un centímetro por cada lado de la boca del caballo, ya que al girar la anilla libremente podría darse el caso de que pellizcara el labio. Los filetes de oliva, en D, de palillos etc, no tienen ese peligro y por lo tanto pueden escogerse más ajustados a las comisuras.
Otra medida a tener en cuenta es el grosor. Dicen que cuanto más grueso, más suave, pero esto no es cierto del todo. Hay algunos filetes, incluso de los más caros, que son demasiado gruesos. Estos hacen salivar al caballo, pero no porque tengan la boca relajada. Imaginaros que os metéis una piedra de unos 2-3 cm de diámetro dentro de la boca. Seguro que saliváis, pero... estaríais cómodos?
La mejor opción, siempre que el caballo no requiera una embocadura especial, es un filete de oliva o de anillas de tres piezas, de grosor medio y ajustado correctamente a las comisuras según sea de anillas o no.
Igual debería haberlo dicho al principio: Todo lo comentado es para caballos montados a la inglesa y que, independientemente de que tengan la boca fácil o difícil, no tienen otros problemas como que pesan en la mano, que tiran de las riendas, que pasan la lengua, que se quedan detrás de la mano, que pegan cabezazos etc.