La Arteritis Viral Equina (AVE) es una de las enfermedades más temidas, tanto para el propietario del semental como el de la yegua.
En general las consecuencias no son muy graves para los caballos de deporte, pero sin embargo pueden ser desastrosas para los sementales , las yeguas gestantes y por tanto para sus propietarios, ya que la AVE se transmite por el esperma, causa abortos ya el semental afectado le impedirá cubrir yeguas, quizá de por vida.
Esta enfermedad fue diagnosticada por primera vez de 1950, debido a un brote de abortos y de caballos enfermos con fiebre, edemas, etcétera, en una ganadería de los Estados Unidos. Desde entonces se han detectado brotes y casos aislados por todo el mundo.
La AVE es a menudo benigna, y se presenta a veces de forma subclínica, es decir sin síntomas. Otras veces se presenta como una especie de gripe, con fiebre, pudiendo llegar a los 41 grados, con pérdida de apetito. También pueden aparecer edemas en las extremidades con su consecuente engrosamiento, edemas en el vientre, conjuntivitis, etcétera. Casi siempre los machos tienen edemas en el prepucio y en el escroto. y otras veces incluso se pueden acompañar los síntomas con diarrea, ictericia o una ligera parálisis.
La virulencia de la enfermedad depende de la cepa del virus. La AVE raramente es mortal si se previenen las complicaciones por infecciones bacterianas secundarias y cuidando el estado general del caballo. El mayor problema está en los caballos destinados a la cría.
Del 50% al 80 % de las yeguas gestantes abortarán en los diez a treinta días de obsevar los primeros casos de enfermedad, especialmente las yeguas de más avanzada la gestación. Aunque es menos frecuente, también se han detectado abortos en yeguas gestantes de dos meses. Las yeguas que abortan tienen fiebre o la han tenido pocos días antes, acompañándose o no de otros síntomas. Generalmente los animales afectados se recuperan de forma natural después de un período de descanso de varias semanas.
Transmisión del virus
El período de incubación, es decir, desde que un animal sano entra en contacto con uno enfermo hasta que muestra los primeros síntomas, varía de 3 a 14 días. Los virus se transmiten a través de las secreciones, especialmente respiratorias, orina y con el semen. Es decir, un caballo con virus los transmite a otro por el aire a través de aerosoles respiratorios, o al oler su orina, o bien durante la cubrición, contagiando la yegua al semental o el semental a la yegua.
En el caso de yeguas y castrados, el virus desaparece generalmente al cabo de 14 días. Pero los machos enteros pueden guardarlo en su aparato genital durante años e incluso durante toda su vida, siendo secretado a través de su esperma, tanto en cubrición natural como en inseminación artificial. Ni la refrigeración ni la congelación del esperma destruye al virus. Este es uno de los mayores problemas que entraña la enfermedad, pues al actuar el semental como reservorio del virus puede contagiar a yeguas durante años, dando origen a nuevos brotes, lo que motiva que ese animal sea descartado como semental mientras elimine virus, con las consiguientes pérdidas económicas para su propietario. Se estima que el 34 % de los sementales que han padecido la enfermedad siguen eliminando virus durante años.